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El colegiado ha denunciado a los dos guardametas del Sant Josep, Silvio y Carlos, por agresión y amenazas. Afirmó que pasó mucho miedo y que este año no volverá a pitar, si bien dijo: «No les daré el gusto de dejarlo»

Los incidentes que se produjeron a la conclusión del encuentro entre el Sant Josep y el San Rafael del pasado domingo pueden traer graves consecuencias al presunto agresor del colegiado Josep Roig, el portero paraguayo del equipo josepí, Silvio, contra el árbitro que presentó una denuncia por agresión, tal y como informó en exclusiva Diario de Ibiza ayer. Asimismo, tramitó una denuncia por amenazas contra el segundo guardameta del Sant Josep, Carlos Vicente Roig.
Según relató el trencilla, de 22 años y que lleva desde los 16 arbitrando, el Sant Josep estaba «fuera de sí» en los últimos minutos del partido tras encajar el 0-1. «Les pité cinco faltas, cinco tarjetas, y la última fue de roja directa. Iban a por Julio, el jugador del San Rafael, que ya no aguantó, se formó una tangana y decidí pitar el final del partido», declaró ayer Roig. «Decidimos apartarnos un poco y cuando logramos llegar a la caseta había mucha gente esperándonos, escupiéndome, tirándome botellas de coca cola, pero pude pasar con la ayuda de la gente de San Rafael. Valencia (el línier) me abrió la puerta de la caseta y ahí vinieron los jugadores del Sant Josep y su técnico. A duras penas pude meter a los líneas para dentro y fue cuando Silvio le dio la patada a la puerta, que rebotó y me golpeó en la frente. Fue a hacer daño», dijo.
Después se personó en el vestuario arbitral el fisioterapeuta del equipo rafeler, que le cortó la hemorragia de la herida, llegó la ambulancia y fue trasladado a la clínica Vilás, donde le pusieron cinco puntos de sutura. Más tarde presentó la denuncia en la Guardia Civil. Antes, durante y a la conclusión del partido, no hubo ningun agente de la Fuerza Pública en el campo de Sant Josep. Tuvieron que ser los propios colegiados quienes llamaran a la Policía Local y a la Guardia Civil.
El temor se apoderó de Josep Roig: «Si me llego a desmayar me matan a patadas», según relató. «Ahí no me defiende nadie», subrayó el árbitro, quien apostilló: «Me ha costado dormir, pero sí, he dormido. Esto no lo olvidaré».
Este hecho ha provocado que el colegiado ibicenco no quiera dirigir ningún partido más esta temporada. «No tengo muchas ganas, pero tampoco le voy a dar el placer a gente como esta de dejar un hobby que me gusta», señaló. ­
En opinión de Roig, estas cosas suceden porque «hay gente incivilizada, sin educación». «Voy a los campos a hacerlo de la mejor manera que sé, pero hay veces que nos equivocamos, como también se equivocan los futbolistas», agregó.
Por último, indicó que «nadie» del Sant Josep se ha puesto en contacto con él, y tampoco aceptaría las disculpas de su presunto agresor porque «es la segunda vez» que se lo hacen, dijo. «En el San Rafael-Sant Josep de este mismo año tuve que salir con la Guardia Civil. La primera vez les perdoné y les acepté las disculpas al mismo grupo de paraguayos. Ahora ya no. Pasé mucho miedo y esto no lo puedo perdonar» concluyó.

Informa: Deporte Balear  fuente:  diariodeibiza

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