Deporte Balear

El San Rafael sigue con su brillante erre que erre liguero. Acaba de lograr una nueva victoria en el campo de Son Malferit (1-2) delante de un Ferriolense que tuvo oportunidades de marcar, las desaprovechó y lo pagó con la derrota ante el equipo de Mario Ormaechea que se acostará como líder invicto de la Liga.

El San Rafael volvió a dar una lección de efectividad en el campo de Son Malferit y fruto de la misma se llevó los tres puntos en litigio. Nada que sorprenda a estas alturas, por muy incipiente que sea la competición. Los jugadores de Mario Ormaechea saben a qué juegan y a qué tienen que jugar, lo hacen y sacan el mejor de los dividendos. Sabían los ibicencos que había que frenar a Espadas y Escusa, referentes atacantes mallorquines, y se aprestaron a ello. Contaron con el factor añadido del especial desacierto de Espadas que echó por la borda y por la grada los remates francos que tuvo en sus botas a lo largo de la primera mitad.
Después de que Nando le secundara enviando un lanzamiento de falta a la madera, en el siguiente ataque ibicenco Carlos Fernández remató obligando al meta Juanjo a efectuara una brillante intervención, su rechace fue a parar a las botas de Adrián Rosa, 0-1 y descanso.
Dejar que el San Rafael se ponga en ventaja en el marcador es una de las malas noticias de la Liga. No en vano su solidez defensiva es la más solvente del campeonato. Los mallorquines salieron en tromba. Fuegos de artificio porque Seral no olió el peligro de cerca, ni de lejos. Sólo Llompart disparó a puerta, pero al espalda de Buti hizo de obstáculo definitivo. A mitad de la segunda parte se marchó Salazar lesionado y entró Adrián Ramos. Ormaechea mandó a la ducha a Julio y metió en el campo a Tomás. En medio de estas idas y venidas, con el Ferriolense en actitud contemplativa y el San Rafael ansioso por hincarle el diente, Carlos Fernández marcaba el segundo tanto y llenaba de desencanto al grupo mallorquín. Quedaba media hora para el final y Seral fue el encargado de dar un aliento al Ferriolense regalándole un gol a Rubén. Se acabó la generosidad porque el San Rafael aumentó su intensidad defensiva y aunque se cargase de tarjetas por sus ímpetus defensivos, convirtió el tramo final del partido, descuento incluido, en una mala tarde para el equipo mallorquín que al final tuvo que rendirse a la evidencia de que acababan de perder los puntos y el partido ante el líder de la Liga.