Súper Moyà en Riazor

22 septiembre 2008 | Por Redacción | Categoria: 1ª División, Fútbol

El Mallorca salva un punto merced a una descomunal actuación de su portero ante un Dépor mejor en un partido en el que ambos equipos acabaron con diez

Moyà se luce ante Omar Bravo, a la derecha, y Guardado, en una de sus muchas felices intervenciones.  Foto:Efe

El Mallorca ya tiene un súper héroe en sus filas llamado Miquel Àngel Moyà. Los rojillos sacaron un valioso punto de Riazor ante un Deportivo que fue superior en un intenso encuentro en el que ambos equipos acabaron con diez por sendas expulsiones de Bravo y Navarro. A buen seguro que la afición gallega soñó anoche con las innumerables paradas del binissalemer, que salvó a su equipo de una segura derrota. Su actuación fue magistral.

Para enseñarlo en todas las escuelas de porteros. Las paró por arriba, por abajo, por la derecha y por la izquierda. Fue imposible batirle, por mucho empeño que pusieran Bravo, Guardado y compañía.
El duelo estuvo plagado de ocasiones -en la primera mitad- y de emoción -en la segunda-. Los bermellones dieron un paso de tortuga en su objetivo de ir mejorando en este inicio de Liga. Queda mucho por hacer. Y no es cuestión de dormirse porque no todos los equipos van a ser Osasuna y Dépor. Si llega otro Valencia, como ya se demostró en la primera jornada (3-0), el Mallorca lo pasará muy mal para sacar los partidos adelante.
Es cierto que atrás se mostró más solvente que en su anterior salida, pero se antoja insuficiente. Debe elevar su nivel porque no siempre pueden enconmendarse a San Moyà. Y en ataque apenas tuvieron claridad para batir a Aranzubía. Aduriz dejó detalles pero no tuvo ninguna ocasión. Pero el problema en este sentido reside un poco más atrás. Al centro del campo le falta fluidez en la distribución del balón y personalidad, mucha personalidad. Cléber dio una buena impresión, pero Mario necesita dejar la timidez en el vestuario. El peso de un equipo en el pivote no lo puede llevar un chaval al que le falta darse cuenta que ya está en Primera División. Tiene condiciones, pero ahora ha llegado el momento de demostrarlas. Hay que tener paciencia por su juventud, pero siempre hay un límite que no se puede rebasar.
El Dépor ya se pudo adelantar en el marcador a las primeras de cambio. Un cabezazo de Verdú tras un sensacional pase de Bravo hubiera acabado en gol si no hubiera aparecido la manopla de Moyà. Y esa sería la tónica de los cuarenta y cinco minutos iniciales. Los rojillos, sin embargo, intentaron no darle la espalda al choque. Trejo dispuso de la suya en el minuto nueve tras una extraordinario acción de Aduriz, pero el balón se fue directo a las manos de Aranzubía.
El balón era propiedad de los locales. El Mallorca sólo se movía al ritmo de un activado Cléber, aunque no era suficiente. Porque el peligro se llamaba Deportivo de La Coruña. Bravo fue una auténtica pesadilla para Nunes y David Navarro. El mexicano mostró descaro y talento, siempre respaldado por su compatriota Guardado, Verdú y Pablo. Los isleños fueron sensiblemente de menos a más, aunque sin pasarse. Estaban totalmente a merced de los coruñeses, pero cuando les dejaban daban un paso hacia adelante.
Aduriz hacía un gran trabajo de espaldas a la portería rival. El problema es que tenía poca continuidad. Varela sigue muy impreciso en los pases y Arango apenas aparece. Trejo, eso sí, es de los pocos futbolistas de esta plantilla que pueden desequilibrar en el uno contra uno. Su regate es de lo mejorcito que tiene el equipo, pero a veces se pierde en querer adornarlo demasiado. Y eso difícilmente se traduce en efectividad. El encuentro tenía un ritmo muy alto, aunque los gallegos sabían perfectamente la zona en la que debían entrar para hacer daño. El experimento de alinear a Martí en el lateral derecho fue un desastre. Esa banda se tornó en un auténtico agujero para la delicia de los blanquiazules. No sólo porque el centrocampista mallorquín difícilmente estaba en su sitio, sino porque a veces Varela parecía un enemigo. Por ahí pasó la mayoría del juego ofensivo del Dépor. Ya que Ayoze, no sin dificultades, aguantó el tipo en su estreno como titular.
Pero Moyà había decidido ser el ´jefe´ del partido. Y si no que se lo pregunten a Antonio Tomás, que en un contraataque se quedó solo y su disparo se encontró la mano del portero. El rechace dejó a Guardado la oportunidad de marcar, pero su cabezazo se estrelló en el larguero. La fortuna se vistió de rojo porque el uno a cero estaba cantado. No obstante, poco antes el Mallorca ya había dado señales de vida. Varela lanzó una falta desde treinta metros que despejó Aranzubía. Y en la jugada siguiente fue Cléber el que lo intentó, aunque el balón salió a un palmo del palo.
Los bermellones siguieron igual en la reanudación. Hasta que en el minuto 58 el encuentro tuvo un punto de inflexión. La expulsión de Bravo por dejar los tacos en una acción con Moyà abrió las puertas del cielo a los rojillos. Pero en los veinte minutos que fueron uno más, siguieron siendo incapaces de sorprender. Ni una sola ocasión. En el 78, David Navarro se expulsó al ver la segunda amarilla en una falta evitable. A partir de ahí, el Dépor lo dio todo sin ninguna suerte. Ramis, que había salido poco después y Ayoze, aguantaron a los suyos. Juan Rodríguez dispuso de una última gran ocasión, pero el lateral canario puso un pie providencial para enviar el balón a córner. Un esfuerzo que contribuyó a ganar un punto que debe tomarse como un alivio más que una alegría. No es premio, es un aviso en toda regla.

fuente:diariodemallorca.es

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