Deporte Balear

Javier Martí Asensio ha depositado su confianza en la parcela deportiva en la figura de Gregorio ´Gori´ Muñoz, un empresario que lleva años vinculado con el mundo del fútbol como representante, intermediario y directivo. Muñoz está teniendo un papel protagonista en varias de las negociaciones que mantiene el club para la contratación de futbolistas, lo que ha dejado al director deportivo, Nando Pons, en una posición marginal en este mercado de verano.
Este empresario es un hombre estrechamente relacionado con la familia Martí Mingarro desde hace tiempo, especialmente con el consejero delegado, con el que mantiene una buena amistad. Muñoz tuvo su parte de protagonismo en las negociaciones que acabaron con la venta de la entidad a la actual propiedad. De hecho, el representante estuvo presente en las oficinas del Grupo Safín en Madrid, junto a Javier Martí Mingarro, el día en el que se firmaron los documentos de la compraventa del Real Mallorca.
“Nando Pons tiene mi confianza y espero que esté con nosotros muchos años”, dijo Martí Asensio el pasado viernes. Nada más lejos de la realidad. El consejero delegado tiene muy en cuenta a Muñoz, quien en un futuro podría incluso sentarse en el sillón de la secretaría técnica.
El pasado miércoles Pons supo que apenas tendrá margen de decisión a la hora de negociar fichajes. Martí Asensio impuso la contratación del portugués Bruno China, un hombre que no estaba en la agenda ni de Gregorio Manzano ni del propio secretario técnico, y paralizó las conversaciones con el Sevilla para la cesión del belga Tom de Mul, una operación que llevaba el sello de Pons.
El consejero delegado tiene el convencimiento de que llevando las negociaciones en primera persona, y asesorado por Muñoz, cerrará operaciones a menor coste que si las dirigiera Pons. El mallorquín, ahora con menos poder, está obligado a ganarse la confianza de los nuevos gestores.
Gori Muñoz, nacido en Murcia, ha presidido las dos últimas temporadas el Ciudad de Lorca de Tercera División, equipo que ha desaparecido. Antes había sido directivo en el Granada de Segunda División.
Nando Pons, un superviviente que ha aguantado en el cargo a varios propietarios y presidentes, se enfrenta ahora a una de las situaciones profesionales más complicadas desde que llegó a la secretaría técnica. No goza de la confianza de la nueva propiedad, pero tiene algo a su favor: un contrato hasta 2014 y una indemnización millonaria en caso de que Martí Mingarro decidiera prescindir de sus servicios

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