Deporte Balear

La Peña Deportiva pone a prueba su potencial en el campo del Baleares el próximo fin de semana. Un partido de los de verdad, de los teóricamente meores de la Liga. Ahí es donde la Peña debe demostrar que es un equipo que quiere ascender a Segunda B. LO dijo Sisamón a primeros de año en la tertulia de Radio Exit, «si no ascendemos a Segunda División B, habremos fracasado». El campo del At. Baleares es el mejor escenario posible para hacer una declaración de intenciones en el cómputo de una Liga de escaso pelaje, poco fútbol y escasa calidad.

Si la Peña Deportiva quiere hacer una demostración de potencial en la próxima jornada tiene la mejor d elas oportunidades posibles. Cita con el Atco. Baleares que se presenta como aspirante a dominar la Liga hasta el final del calendario. No se puede ni debe desmerecer el mérito de la Peña Deportiva, más que justificable con un presupuesto por encima de 500.000€. Pero esta trayectoria sin mácula que se preconiza desde Santa Eulària tiene borrones. La Peña no ha sido capaz de ganar al At. Baleares o al Alcudia en campo propio y cayó en el feudo del Constancia. Por ello la cita de la próxima jornada mide el potencial del equipo. En esos partidos es donde se dan los golpes de autoridad, porque el resto deben ganarse por obligatoria inercia, a no ser que el equupo se eche a dormir con en Campos hace dos semanas.
Si la Peña quiere ascender como dicen sus directivos, en la fase de ascenso se va a tener que ver la cara con equipos de cuajo, muy alejados de la devaludada competición balear.
La historia futbolística, en los últimos veinte años, demuestra con números que los equipos de Baleares han sido comparsa general en la lucha por el ascenso a Segunda B. La Liga balear, para muestra basta un botón, dice que el San Rafael, sin demérito alguno, es equipo que flirtea con el play-off. El San Rafael ascendió a Tercera División por un efecto dominó de ascensos a Segunda B. Llegado a la categoria, con un presupuesto de calderilla, una ilusión y trabajo de millonarios y sin agua caliente en las duchas, está en la parte aristocrática de la Liga pese a tener una plantilla hecha de ilusionantes retales. Al principio de la temporada, periodísticamente fue rebautizada con la Liga del low-cost. Así es, a no ser que equipos como la Peña y el Baleares demuestren en noventa minutos lo contrario.