España se lame sus heridas y se reencuentra con el triunfo ante un rival balsámico

1 septiembre 2010 | Por Redacción | Categoria: Baloncesto

En la lucha por la segunda plaza, los de scariolo suman una victoria tan contundente como necesaria
Los asiáticos aguantaron en el primer cuarto, que acabaron liderando (22-21), y despertaron más dudas en los de Scariolo · La poca entidad del rival pone en cuarentena la recuperación española · Marc, clave tras el descanso con diez puntos consecutivos, reitera que debe ser el protagonista de este equipo · Minutos para Claver y Fran

Tras la derrota ante Lituania, el baloncesto clamaba por la vuelta de su campeón del mundo, aquel equipo que deleitó hace cuatro años en Japón y que prosiguió su racha triunfal en China y en Polonia. Hasta ahora, los de Scariolo nos han dejado en el camino pequeños retales de aquello que fue y que ahora no está siendo.

Ante Líbano se esperaba una explosión en el juego español, pero la bomba empezó estallándole en las manos. El primer cuarto ante los asiáticos fue tan pobre que había que frotarse los ojos para ser plenamente consciente de lo que uno estaba viendo.

Se presenta un viejo conocido
El ex ACB Jackson Vroman campó sus anchas en una zona vacía de intensidad. Anotó 12 puntos en un abrir y cerrar de ojos, haciendo mella en el eterno problema que lastra al defensor del título: el rebote.

Son varios los aspectos que posibilitaron que Líbano acabara el primer periodo un punto arriba (22-21) y la lucha por los rechaces es el principal de ellos. Resulta preocupante la escasa aportación de los pivots en ‘su’ cometido. Que Rudy eche una mano en este aspecto siempre es bienvenido aunque se corre el riesgo de olvidar el verdadero rol de cada jugador. Y el del mallorquín no es el de ser un reboteador. Por cierto, el de los Blazers no volvió a jugar en la segunda mitad, aquejado de unas molestias.

Otro de los factores que hacían presagiar una nueva debacle ante la cenicienta del grupo fue el exiguo bagaje en triples: 1 de 9 desde el arco en los primeros diez minutos. Para echarse a llorar. A ello se le unió una sucesión de pérdidas propias de falta de concentración, la misma que se echaba de menos en la parte de atrás, donde la defensa seguía mostrando signos evidentes de debilidad.

Poniendo las cosas en su sitio
Parecía mentira que le segunda personal de nuestro verdugo hasta el momento se recibiera como agua caída del cielo. Vroman se fue al banco y Marc se hizo grande en su ausencia. Acabó la primera parte con 15 puntos, vaticinando lo que aún estaba por venir. El mediano de los Gasol pudo ampliar su cuenta anotadora pero los tiros libres le condenaron a esperar una mejor ocasión. La línea de personal continúa apareciendo como uno de los déficits de este equipo. Ante Líbano el porcentaje mejoró, sin ser nada del otro mundo.

Los de Baldwin notaron demasiado la baja de su mejor jugador y las irrupciones de El Khatib, más oscuro de lo que se esperaba, y de Fahed permitieron que sólo se fueran al vestuario 11 puntos abajo (32-43). La fragilidad defensiva de los asiáticos ya empezó entonces a mostrarse en todo su esplendor. Y eso que España acumulaba para entonces un 2 de 16 en triples…

Se fueron, esta vez para no volver
El arranque de la segunda mitad lo protagonizó en exclusiva Marc Gasol. Sabedor de lo importante que es para sus compañeros, explotó cada uno de los balones que le llegaron. Anotó los diez primeros puntos de los suyos (25 en total) y fue el pilar sobre el que se construyó la escapada del vigente campeón. Con 39-62, Baldwin pidió un tiempo muerto que sabía a despedida.

El seleccionador libanés era consciente de que durante el resto del partido, su equipo pugnaría por no desaparecer del retrovisor de su rival. Lo intentaron con las pocas armas que tienen a su disposición. Incluso volvió a pista un Vroman destinado al banco con cuatro personales. Y volvió a hacerlo bien. Pero era demasiado tarde.

Con el partido resuelto, Scariolo dio minutos a los menos habituales. Destacó Fran (15 puntos), que supo encontrar su hueco en la zona. Claver advirtió que ha llegado a Turquía dispuesto a ayudar (si se le permite). Destacar en este punto que de Ricky se obtuvo poco, cuando se espera mucho. La dirección reclama un timonel que anda un tanto distraído.

Pudimos ver a un grupo que tornó a la fórmula que la hizo admirada: aquella que mezcla la buena defensa con el contraataque. Recuperó algunos métodos que garantizan la gloria. Pero hay que poner en cuarentena todo lo que vimos en los últimos minutos ante Líbano. Simplemente porque el rival carecía de la entidad suficiente para medir las opciones de un candidato al título. España saborea su triunfo, necesario y contundente, pero queda postergada para una futura ocasión la puesta en escena de su mejor versión.

carlos.balboa@marca.com

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