Deporte Balear

Un empate más en San Rafael. Sigue la línea de irregularidad de un equipo carente de mordiente atacante por lo que la consecución de un empate es más la suma de un punto que la pérdida de dos. Hubo ocasiones, pero no puntería, ni tampoco exceso de fútbol. La mayor emoción del partido, el minuto de silencio por el fallecimiento del padre de Mario Ormaechea.

Cada domingo le cuesta al San Rafael acertar con la portería y se convierte en una heroicidad marcar goles, excepción hecha de la jornada anterior, un empacho puntual. Trescientos espectadores en la grada, el reclamo gastronómico tiene sus consecuencias positivas, y dos equipos necesitados de puntos dispuestos a llevarse los tres.
Imposible. Para los mallorquines porque fiaron todas sus opciones a la labor de Espadas y el ariete tuvo una sola ocasión que estrelló en la madera.
En los locales porque Cucu no tiene afinada su puntería y dejó pasar dos remates en franca ventaja, porque Adrián Ramos se lesionó en su maltrecha rodilla y su sustituto Carlos Fernández tampoco anduvo acertado.
Puertas así las cosas, pese a la insistente machaconería local, el Collerense se encontraba a gusto en su área y ni siquiera la aparición de Buti en busca de un gol más en su cuenta fue suficiente para que el equipo de Ormaechea pudiera sumar tres puntos que le saquen de la zona baja de la clasificación.