Space Gasifred, game over

2 noviembre 2010 | Por Redacción | Categoria: Fútbol, Fútbol Sala

Las consideraciones de Juan Ruiz, secretario del Space Gasifred, tras la última derrota de un equipo en zona de descenso y pocos visos de salir de ella, dejan plasmada la actitud de la directiva del club, pero ocultan la verdad que se vive en el vestuario de una plantilla desorientada, que no tiene fe ni respeto a su entrenador, Hugo Nava, y que tampoco tiene el trapío de presentarse ante los directivos del club para hacerles sabedores, si es que lo ignoran, de que el rumbo tomado conduce al descenso. Ruiz dice que hasta diciembre aguantará a Navaen el cargo. Para entonces prescindir de él igual es un detalle sin importancia.

«Soy optimista, confío en el trabajo de Hugo Nava, hablo con él, veo entrenar a la plantilla y vamos a seguir hacia adelante. No hay nada que diga que cambiando al entrenador hallaremos la solución a la situación actual. Y si las cosas no salen y tenemos que descender, descenderemos, reestructuraremos el equipo como hemos hecho en otras oportunidades y seguiremos en Primera Nacional A».Esa es la reflexión de Juan Ruíz ante el delicado presente del Space Gasifred.Difícilmente compartir su optimismo ante varios puntos de vista.

El entrenador.- Hugo Nava llega esta temporada al equipo por una apuesta personal de Juan Ruiz. En su agenda esta escrito su nombre desde la pasada temporada, pero desde varios frentes desaconsejaron su fichaje y la elección fue Bartual. Una temporada más tarde Hugo Nava se sienta en el banquillo del Space Gasifred.
Nava llega preconizando un juego de ataque alegre, vistoso y efectivo. Tal filosofía convierte al equipo en los primeros partidos en el más goleado de la categoría, en zona de descenso y Nava recula. En el parón liguero Nava pide a sus jugadores que se apliquen en defensa. En Puertollano se pierde (2-0) y en Pamplona (3-2), pero ante Burela el equipo vuelve a encajar media docena de goles.

Las fricciones.- Nava no cayó de pìe en el vestuario y desde su llegada han sido varias las fricciones que ha tenido con algunos de sus jugadores. Me voy a tomar la licencia de no desvelar sus nombres, que no las acciones. En un entrenamiento a un jugador le recriminó llamándole vago a un jugador por no correr a por un balón. El jugador se encaró con el técnico y le exigió que nunca más le etiquetara como vago.
En otra sesión de entrenamiento, tres jugadores protagonizaron un pique en un lance del juego que provocó una tensa situación destensada por el resto de la plantilla. El entrenador, allí presente, no hizo nada por atajar la situación ni llamar la atención del trío protagonista.
Durante la disputa de un partido fuera de casa Nava tuvo a un jugador haciendo ejercicios de calentamento durante la mayoría de la segunda parte, luego le ordenó detenerse y a falta de minutos para la conclusión del partido, requirió su presencia para que entrase en el campo, cosa a la que el jugador se negó.
En el último partido jugado en Eivissa, con Hugo Nava en la grada sus instrucciones a los jugadores, aparte del aspecto técnico llevaron una coletilla calificada como irrespuetuosa hacia los jugadores, que no la aceptaron de buen grado.
Todas estas situaciones han pasado desapercibidas y, obviamente, han carecido de sanción verbal o de otro tipo.
Además de ello es tan público como notorio el hecho de que jugadores como Sebas o Miguelito tienen una escasa participación en el equipo, con lo que su motivación es mínima.

La plantilla.- El grupo de jugadores del Space Gasifred no es un bloque compacto. Hay fisuras y divisiones. No se comulga o no se entiende la filosofía de juego que desea imponer el entrenador y alguno de los jugadores, francamente decepcionado tras la derrota ante el Burela, explicó, «ni sabemos a qué jugamos ni sabemos a qué entrenamos», explicativo.
Independientemente de los factores expuestos, no es esta una situación sorprendente, sino más bien sobrevenida. La base de este equipo, basada en la presencia de jugadores como Iván Martín, Herrero, Ernesto, Miguelito y Clayton, lleva muchos años en la Liga y la mayor parte de jugadores ha cumplido generosamente la treintena. La temporada pasada, con Bartual en el banquillo, los citados eran un complemento perfecto para un quinteto titular en el que sólo estaba Iván. Ahora deben asumir un papel de mayor protagonismo y peso en el equipo y las prestaciones no son las mismas en una Liga que ha aumentado competitividad y calidad.

La cantera.- Hablar de cantera en Eivissa es una cuestión recurrente tan oportunista como demagógica. Nadie duda que Gasifred haga un trabajo con los escolares ibicencos, loable, que tenga un equipo filial, reconocido. Pero de eso a que de la cantera salgan jugadores para el primer equipo actual, dista un abismo.

La afición.- Desencanto general en una grada cada vez más vacía. Ante el Burela un escaso centenar de aficionados, todo un contraste con el último partido entre estos dos equipos hace tan sólo unos meses. Los seguidores del Space Gasifred vienen de dos temporadas de vino y rosas y asumir en dos meses que el equipo baja del salón al sótano de la clasificación es difícilmente digerible.

El salvavidas (o no).- Si el Space Gasifred pretende dar un giro a los acontecimientos mientras la situación sea remediable, la opción más convincente, pros y contras incluidos, es la de Jandro Alvarez. A su favor juega el hecho de conocer la categoría esta temporada porque estuvo en Andorra, a su favor juega el conocimiento de los jugadores de la plantilla y los recursos para sacar lo mejor de cada uno de ellos. A favor del Gasifred juega el hecho de que el logro de un acuerdo económico con el leonés no sería un escollo insalvable y en contra del equipo ibicenco, el hecho de que Nava no presentará nunca su dimisión, por una cuestión económica, por prurito personal y porque sería aceptar públicamente su fracaso en la gestión y dirección del equipo.

Pero si hay que ser optimistas, enarbolemos la bandera de ese optimismo predicado desde la dirección de la entidad, hasta que las matemáticas y la clasificación digan lo contrario. Space Gasifred, game over.

Juanjo Fernández de Oviedo

fpitiuso

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