Deporte Balear

El plantón de Pierre Webó de esta tarde no ha sido casual. Obedece a un plan diseñado por su representante, Paco Casal, cuyo objetivo final es sacar del Mallorca al camerunés y al uruguayo Castro por cero euros para poder colocarlos luego en los clubes que él desee llevándose, por supuesto, una jugosa prima de fichaje. En ambos casos el club se encuentra atrapado. O llega un acuerdo con los futbolistas antes del 30 de agosto o estos serán libres de negociar con quien quieran a partir del 1 de enero de 2012.

En este escenario, Pierre Webó ha perdido hoy mucha de la credibilidad que se ganó por su rendimiento y su coraje la pasada temporada. El delantero pretende que Serra Ferrer incurra en una ilegalidad manifiesta y le pague el 1.200.000 euros de atrasos que se le adeudan sin tener en cuenta que ese dinero forma parte de la masa concursal, y sería un delito muy grave anteponerle a él sobre otros acreedores. Es lo mismo que pidió en su día Gregorio Manzano, que optó por denunciar personalmente a Mateu Alemany y a otros ex-consejeros de forma subsidiaria.

Webó además corre un serio peligro con su reivindicación. Si Hacienda investiga el origen de la deuda que reclama puede que no le guste lo que va a encontrar. Cuando el Mallorca fichó al camerunés, en el verano de 2.007, lo hizo recurriendo a una artimañana no demasiado ortodoxa. A fin de que el jugador pudiera ahorrarse impuestos, se le fijó un contrato federativo relativamente bajo y se articuló un traspaso ficticio al Nacional de Montevideo. La idea era que el Mallorca no fichaba a Webó libre, sino que lo fichaba procedente del Nacional. Así pagaba un dinero al Nacional y el Nacional pagaba a su vez a Webó. Parecía una jugada maestra, por supuesto ideada por Paco Casal, que tiene un enorme peso en el equipo charrúa, pero el problema surgió cuando el Mallorca dejó de cumplir los plazos con su homónimo uruguayo y luego entró en concurso de acreedores. El resultado es que el Nacional es acreedor por 2.500.000 euros y a Webó se le deben 1.200.000. Es mucho dinero, pero legalmente el Mallorca no puede satisfacer esa deuda sin caer en una irregularidad.

Por supuesto Serra Ferrer no va a ceder a este chantaje porque sentaría un precedente peligrosísimo. Mañana podría aparecer De Guzmán con la misma reclamación y al día siguiente Tejera. No, con su actitud Webó ha dejado al club en una situación muy difícil y ahora será casi imposible que esto pueda acabar bien, porque además es evidente que no se le puede forzar a jugar.

Existe además otro peligro: que Casal siga tensando la cuerda y deje pasar los días para aparecer luego a última hora con una oferta a la baja que el Mallorca tendrá que aceptar, porque es evidente que tener a dos jugadores descontentos en la plantilla es una bomba de relojería. De ser así, Serra Ferrer apenas tendría luego margen de maniobra para buscar dos sustitutos.

De todo lo que está sucediendo, que es lo mismo que está haciendo el Kun Agüero con el Atlético de Madrid, extramos una conclusión obvia: los jugadores son los verdaderos dueños de los clubes. Si rinden mal hay que pagarles todo su contrato sin perdonar ni un solo euro, pero si rinden bien o hay que aumentarles el sueldo o hay que aceptar que se irán a otro equipo que les pague más cuando ellos quieran. Incluso las cláusulas han acabado siendo un eufemismo.

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