Deporte Balear

Marzo, mes dedicado al dios romano de la guerra, alberga este año el tramo más belicoso de la temporada para el Mallorca. De la batalla contra Osasuna consiguió salir casi indemne, pero ese encuentro sólo significó el inicio de una sucesión de partidos que amenazan fieramente su subsistencia. Valencia, Atlético de Madrid, Sporting, Barcelona y Sevilla, éste último el 32 de marzo, serán la resistencia durante las próximas semanas en su pelea por aferrarse a Primera División. De los puntos que consiga arrancar el Mallorca en su recorrido por ese desfiladero, unidos al colchón de 5 puntos que pueda amortiguar alguna que otra caída, depender buena parte de la salvación.

No lo tendrá fácil Caparrós. Ha conseguido acorazar la portería de Aouate para hacer de su equipo uno de los menos goleados de la liga, sin embargo, la artillería de su ejército no es tan poderosa como gustaría, lo que obliga subsistir planteando una guerra de guerrillas. Como vietnamitas ocultos en la densidad de la jungla, el equipo se ha acostumbrado a sufrir y aguantar los bombardeos rivales para abrazarse a las transiciones rápidas, jugadas a balón parado y la efervescencia de Gonzalo Castro como puntales ofensivos.

Para enfrentar el reto Caparrós parece reincorporar al equipo a dos hombres que sólo pueden beneficiar al grupo. Tejera y N’Sue fueron inesperadamente decisivos. Efectivos ofensivos con los que ya prácticamente no se contaba para ampliar el abanico de recursos. La recuperación de ambos, unidos a la gran capacidad de los mariscales defensivos –Nunes, Chico y Ramis- plantean motivos para la esperanza ante los próximos compromisos. Por el contrario, el comandante en jefe empieza a dar síntomas de flaqueza. Fernando Tissone, sorpresa oficinal de la temporada por méritos propios, muestra su más baja forma desde que juega en el Mallorca. En los últimos partidos ha abarcado menos campo, ha mostrado menos solidez y ha levantado más dudas que nunca.  Un problema sensible en un batallón ya de por si falto de líderes.

Cayo Julio César pereció asesinado por Bruto tras ignorar  la advertencia de un vidente. “Cuídate de los idus de marzo”, le dijo, haciendo referencia al día central del tercer mes del año, ante el exceso de confianza del político y militar que finalmente encontró la muerte en la daga de uno de sus allegados. Mal haría Caparrós en actuar como el emperador restando importancia, no ya al “idus”, sino a los malos augurios que ofrece todo este mes. El descenso está más cerca de lo que parece y una mínima reacción de los rivales despertaría un nerviosismo ya latente  en todas las área del club. La exigencia será máxima, no en vano, nunca pasa nada bueno durante los idus de marzo

Informa: Deporte Balear  fuente:    futbol desde mallorca.com

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