Deporte Balear

Esta noche quiero detenerme en el caso particular de Alejandro Alfaro. Hace ya mucho tiempo que quería escribir este artículo, pero no encontraba la ocasión. Hoy es el momento, aprovechando además su gol en el Sánchez Pizjuán. Esta es mi versión sobre lo que ha pasado con un jugador que estaba llamado a ser un fichaje espectacular, pero que de momento es un auténtico fracaso.

Formado en la cantera del Sevilla, Alfaro debutó en Primera con 19 años y a los pocos meses de haber cumplido los 20 marcó su primer gol en la máxima categoría. Cedido al Tenerife en la temporada 2008-09, marcó 20 tantos en Segunda División y siete en Primera, por lo que el Sevilla urgentemente le repescó. Porque Alfaro demostró durante esos dos cursos no sólo tener mucho gol, sino también un enorme talento que le convertía en un jugador perfecto para ser utilizado en cualquier posición de ataque.

En su regreso al Sánchez Pizjuán jugó 20 partidos y marcó dos goles, con un ratio de minutos mucho menor a lo que había imaginado. Por supuesto su situación llamó la atención de muchos equipos españoles -Zaragoza, Racing, incluso el Betis y, por supuesto, el Mallorca- porque era una pieza de mercado muy apetecible si decidía salir de Sevilla, donde tenía contrato hasta junio de 2012.

El Mallorca fue el más rápido de todos. Serra Ferrer llega a un acuerdo con la empresa suiza Impera -que en el pasado había trabajado con el club bermellón, mucho antes de la llegada de Serra- para que el jugador le ceda sus derechos a cambio de 500.000 euros. Alfaro firma un documento mediante el que se compromete a fichar por el Mallorca a la finalización de su contrato, el 30 de junio de 2012.

El Sevilla, que desconoce este acuerdo, empieza a recibir ofertas por Alfaro. El Zaragoza pone sobre la mesa 1,5 millones de euros, pero Del Nido tasa al jugador en dos. El Sporting de Lisboa acepta el precio de traspaso, pero ante el estupor de Del Nido, Alfaro rechaza una tras otra todas las propuestas que le llegan, hasta tal punto que su presidente, histérico, le amenaza con dejarle sin dorsal. Es entonces cuando Serra Ferrer destapa sus cartas y empieza a negociar con el Sevilla, que le traspasa por 750.000 euros, cantidad que unida a los 500.000 pagados a Impera por sus derechos suma un total de 1.250.000 euros. Es decir, 750.000 euros menos de lo que había acordado Del Nido con el Sporting de Lisboa.

Alfaro firma por cinco temporadas con el Mallorca y unanimemente todos aplauden su fichaje. Futbolista de 24 años, con muchísima proyección y pretendido por un montón de clubes. La operación parece excelente, al menos sobre el papel.

Sucede entonces que Pedro Terrasa se pelea con Serra Ferrer, y el pretexto que le da a todo el mundo es que ha descubierto “un escándalo” relacionado con el fichaje de Alfaro. El tal “escándalo” es el dinero pagado a Impera, que según Terrasa es una doble comisión. Se pasea por las redacciones de todos los periódicos diciendo que tiene documentación que demuestra que aquello “es un escándalo superior a lo del Palma Arena”. Por supuesto no muestra a nadie ninguna documentación, entre otras cosas porque no existe, pero lo que sí consigue es envenenar a los tres administradores concursales, que abren una investigación que incluye interrogatorios personales al propio Alfaro.

De repente un futbolista que había apostado por el Mallorca desoyendo ofertas superiores de España y del extranjero, entre ellas una del tercer equipo de Portugal, el Sporting de Lisboa, se ve involucrado, sin comerlo ni beberlo, en medio de una guerra a muerte entre Serra Ferrer y Pedro Terrasa. Su nombre aparece cada día en la prensa, nunca por motivos deportivos, y se llega a decir que su fichaje podría ser anulado. El resultado es que Alfaro se viene abajo moralmente, y en ningún momento demuestra el talento que indiscutiblemente tiene.

El tal “escándalo sin precedentes” acaba con el más espantoso de los ridículos: los tres administradores concursales, pese a contar con permiso expreso del juez para seguir la investigación, archivan el caso ante la evidencia de que, por supuesto, no hay absolutamente nada ilegal. Sin embargo, Terrasa, apoyado ahora por Claassen, sigue removiendo entre el fango y el Consejo se ve obligado a incluir en el orden del día un punto expreso que permita aprobar los pagos pendientes a Impera, empresa que ha amenzado al Mallorca con llevarle a tribunales por no cumplir con sus compromisos económicos, algo que no se había podido efectuar porque tanto Terrasa como Claassen amenazaban con demandas si el Mallorca liquidaba la deuda pendiente.

Un año y medio después de que comenzara el “escándalo”, Alejandro Alfaro es un jugador desconocido. A pesar de algunos brotes verdes que nunca tuvieron continuidad, su rendimiento está siendo decepcionante. ¿Hasta qué punto ha influido en eso lo que sucedió con su fichaje? A mi entender es la clave de todo. A Alfaro consiguieron descentrarle de tal modo que nunca se ha sentido integrado ni en el equipo ni en el club. Para mí es una de las víctimas más evidentes de esta guerra endógena entre Serra Ferrer y Pedro Terrasa que ha ido degenerando durante el último año hasta convertirse en algo totalmente repugnante.

Tomeu Maura

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