Esther Morillo: “El proyecto del Andratx es muy ilusionante”

3 diciembre 2013 | Por Redacción | Categoria: Baloncesto
Esther

Esther Morillo es la bandera de este precioso proyecto que este año está llevando a cabo el primer equipo femenino del Club Bàsquet Andratx. Aunque ella prefiera centrar el potencial del equipo en el colectivo -sin ninguna duda, enorme también-, su trayectoria y su inmensa calidad son crédito suficiente para darle el timón de un equipo que se atreve a soñar con todo. Cuatro ascensos a lo largo de su carrera dan buena cuenta de ellos. ¿Será este el quinto? Por ilusión y trabajo, no será.

¿Cómo empiezas a jugar a baloncesto?
Uuff… hace mucho tiempo ya… fue en quinto de EGB, en San José. Una amiga jugaba ahí y me dijo de ir a probar con ella. Y me enganchó enseguida. No sabría decirte un porqué, ni mis padres han jugado, ni mis hermanos, n inada… pero sí sé que me enganchó desde el primer momento. He probado otros deportes, y me gusta practicarlos, pero no hay nada que me llene tanto como el baloncesto.

¿Qué dirías que significa para ti el baloncesto?
¡Qué pregunta más difícil! Para mí el baloncesto no es un deporte, es mucho más que eso. Es mi vida. No puedo explicarlo con palabras. El baloncesto empezó como un hobby pero, poco a poco, fue entrando tanto en mi vida que llegó un día que ya no podía imaginármela sin este deporte. El ir a una pista a entrenar, los nervios de un partido, el querer superarte, el luchar siempre por mejorar día a día… No sé, me siento libre cuando corro con un balón en las manos. No siempre es fácil ni todo tan bonito pero, gracias a lo bueno y a lo malo, he crecido como jugadora y como persona. Lo mejor de todo es la gente que he podido conocer y sigo conociendo.

Supongo que cuando hablas de momentos malos, hablas de las lesiones graves que te persiguieron durante el principio de tu carrera
Sí, eso es algo que fue muy duro. Yo tenía 19 años, acababa de llegar a la Primera División B (entonces no existía la Liga Femenina 2) con el Bons Aires y llegaba con una ilusión tremenda. Se había hecho un gran equipo, con calidad, con nivel, todo jugadoras de Baleares… En el segundo partido fuimos a la Seu d’Urgell y en un contraataque quise hacer un cambio de dirección y la rodilla no respondió… El dolor fue muy intenso, me rompí. Rotura de cruzado y menisco. Y lo peor de todo no fue eso. Porque sí, es duro, pero te operas, seis meses de rehabilitación y vuelves. Pero encima tuve problemas con las operaciones que se me hicieron en la isla y pasé por quirófano más veces de las que hubiese imaginado.

¿Te llegaron a decir que no volverías a jugar?
Más o menos. Me recomendaron que dejara el baloncesto, pero yo no podía encajar ese golpe. No quería dejar un deporte que me daba la vida y además pensando que lo tengo que dejar porque los médicos que me trataron no fueron capaces de operarme bien. Nunca olvidaré la conversación que tuve con Miguel Reynés, a quien le debo mucho porque siemrpe ha estado ahí trabajando conmigo y recuperando esta rodilla, donde le pregunté: “¿Quién es el mejor médico que hay para que pueda operarme la rodilla?” Y él me dijo que me recomendaba que fuera a ver al Doctor  Guillén. Así que a Madrid me fui a verle y gracias a él he podido seguir jugando. Es verdad que perdí cuatro temporadas a causa de estos problemas pero, finalmente, he podido cumplir muchos sueños.

Qué piensas ahora de quienes te dijeron que no volverías a jugar?
Nada. En realidad nada. Entiendo que me lo dijeran porque se preocupaban por mí. Yo siempre he sido consciente de que la gente que tengo alrededor ha sufrido por mí. Porque veían cómo iba cada día a rehabilitación durante meses, porque veían que intentaba volver a correr y la rodilla me dolía, porque notaban que estaba triste cuando volvía de un intento de entrar en pista y la rodilla se me iba, y un largo etc. Pero yo sabía que si daba con el médico que me operara bien volvería a jugar porque estaba segura que, por mi parte, por la perseverancia que he tenido y tengo no sería. Las ganas e ilusión eran superiores a cualquier dolor.

De hecho, no sólo volviste, sino que lo hiciste para jugar en la Liga Femenina 2
Sí, y ahí tengo que agradecer enormemente a As García la paciencia que tuvo conmigo. Siempre me dejó claro que en el equipo había un sitio para mí y su apoyo fue muy importante. Y así fue. Gran año. Jugué con el Jovent en Liga Femenina 2 y llegamos a la Fase de Ascenso en Rivas. Perdimos la semifinal por poquito, ocho puntos… Una pena, casi nos llevamos el ascenso.

Un ascenso que sí conseguiste poco después en Sóller.

Sí, tras otro año en Jovent me marché al Sóller, y ahí se había hecho un equipo con el claro objetivo de subir. No fue fácil, porque en las Fases de Ascenso hay que sufrir mucho, hay grandes equipos con el mismo objetivo, pero se consiguió. Y al año siguiente tuve la oportunidad de jugar en Liga 1.

¿Y qué tal la experiencia?
Algo inolvidable, la verdad. Además, y no es por desmerecer la liga de hoy, pero el nivel ha cambiado mucho. Antes había mejores equipos, también había más dinero supongo… antes el nivel era mejor. Y simplemente estar ahí jugando ya era un sueño. Recuerdo el primer partido de liga, contra el Ros Casares, casi nada, salimos todas temblando… Siempre me entra la risa cuando pienso que estaba en pista y tenía que coger a una de las aleros e imagínate… Tú preparada en defensa y vienen hacia ti corriendo, por un lado Amaya Valdemoro y por el otro Jana Veselá (alero de 1’94 cm) y yo pensado: “Pero a quién cojo???!!!”

¿Un premio  a toda tu lucha sólo unos años atrás?
Bueno, ese año está claro que es un premio, pero no lo veo como un premio a todo mi esfuerzo anterirormente. Está claro que es un regalo poder disfrutar y vivir todo aquello. Incluso vivir una Copa de la Reina en Salamanca… ¡Eso sí que es increíble! Pero el premio a todo mi trabajo son cositas que voy viviendo y disfrutando cada año dentro de este deporte.

Y después, de gira por la península unos años…
Sí, algo así. Primero a Badajoz, donde las cosas no marcharon del todo bien por temas económicos. Una pena, porque teníamos un gran equipo e íbamos primeras. Pero bueno, tengo muy buenos recuerdos y buenos amigos y amigas por allí.  Después fiché en Bembibre (León), donde también viví una gran experiencia. Más allá de lo bien que se come y se bebe por ahí. El primer año llegamos a Fases pero no conseguimos el ascenso. El segundo año ese era el gran objetivo del equipo, y se consiguió.

Para después regresar a Mallorca
Así es. No quise renovar en Bembibre y me fui a Barcelona. Jugué dos meses en el Sese donde conocí a grandes personas y disfruté muchísimo de cómo se vive el baloncesto en Cataluña. No pude quedarme y terminar la temporada con ellos y regresé a la isla. Me puse a entrenar con el equipo de Instituto de Fertilidad y al final decidí fichar. También tenían el objetivo marcado de ascender a Liga Femenina 2 y esta temporada podemos disfrutar de ver al equipo jugar en esa liga.

“El Andratx es como una gran familia”

Era tu cuarto ascenso. ¿Este año el quinto? ¿Es ese el objetivo?
¡Ojalá! A ver, desde el club, directiva, parte técinca… no se nos ha exigido. Nadie nos ha dicho que haya que conseguir el ascenso sí o sí. Pero creo que hay un buen equipo para conseguirlo y, sobre todo, mucha ilusión. Así que si se consigue, genial y si no, se volverá a intentar el año que viene.

Esther

¿Por qué el Andratx? ¿Qué te lleva a decidirte por jugar en este equipo?
Me ilusionó mucho el proyecto y toda la gente que lo formaba. Ha llegado un punto en mi vida en el que lo que buscas de un equipo es estar a gusto. Disfrutar por encima de todo. Sentirte cómoda. Cuando Trini y José hablaron conmigo y me transmitieron sus ideas, la forma en que querían organizar el proyecto, vi que tenían la misma manera que yo de pensar, de enfocar la situación, y por eso no me lo pensé. Y agradezco el hecho de que quisieran contar conmigo, la verdad.

¿Te sientes el buque insignia de este equipo?
No sé si soy el buque insignia pero lo que tengo claro es que yo siempre intento aportar el máximo, dar el 100% y ser la primera que dé ejemplo. Sé que mi aportación es muy importante en el equipo pero también tengo claro que soy la primera que tengo que ponerme el mono de trabajo, así lo he hecho siempre y así lo seguiré haciendo. Esta plantilla está llena de muy buenas jugadoras y, si todas aportamos, si trabajamos como colectivo, esto funcionará muy bien.

Decías que si no se consigue este año el ascenso, se puede volver a intentar el año que viene. ¿Significa eso que te ves varios años aquí?
Sí, por qué no. La verdad es que me encuentro muy a gusto aquí. Se está cumpliendo todo lo que esperaba. Soy feliz con la gente, con la afición, con las compañeras…

¿Qué destacarías de este club?
Es como una familia. Como una gran familia. Todo está hecho con cariño y con cercanía. Y hay una gran relación entre todas las partes que componen el club: jugadores/as, entrenadores/as, directiva y afición. Me quedé sorprendida cuando vi toda la gente que vino a ver nuestro primer partido amistoso. Estas cosas son un gran apoyo y se agradece muchísimo

 

Informa:   Deporte Balear fuente: cbandratx.es

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