Deporte Balear

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Estamos cansados de coger el periodico y solo leer malas noticias… Que si el Mallorca colista, que si Serra Ferrer ha hundido al club, que no tenemos ni dueño ni patrón, que el At. Baleares va dando tumbos sin sede fija, mientras su estadio sigue en ruinas… Pero ante todas las malas noticias ayer, nuestro compañero Tolo Jaume de la Ultima Hora nos informó del nuevo proyecto de la Federación de Fútbol de les Illes Balears.

La FFIB estrenó la Fundación de Fútbol que se pone en marcha con el objetivo de promocionar los valores deportivos y promover iniciativas en favor de la sociedad. ¡Qué palabras tan bonitas! Se me dibujó una sonrisa en el rostro mientras mi corazón, al igual que el corazón de la FFIB empezaba a latir con palpitaciones de esperanza. En la presentación estaban todos, el Govern, el Consell de Mallorca, varios representantes de ayuntamientos y algunos presidentes de nuestros clubes. Toda una buena un cumbre de buenas intenciones.

¡Qué bonito todo!

Cerré el periodico contento e ilusionado por esta nueva iniciativa de una FFIB en pleno crecimiento con una sede que estará lista en los próximos seis meses, y me fui a dar una vuelta. Pase por delante del Lluis Sitjar que sigue cayéndose a trozos, al igual que el club que se mudó a Son Moix, seguí caminando por el Carrer de Jesús, y recordé aquellos grandes tiempos donde el Ramón Llull jugaba a los pies del Lluis Sitjar en el campo del Rafael Puelles donde ahora está el Parc de Sa Riera lugar de encuentro de muchos jóvenes para realizar deporte. Aquel Ramón Llull que se desplazó más tarde al Miquel Nadal cuando el Mallorca tuvo la suerte de conseguir los terrenos de Son Bibiloni y realizarse allí su Ciutat Esportiva. Pasee recordando como se ponían estas calles cuando el Mallorca jugaba la Champions un martes por la noche, coches aparcados que llegaban a la altura del cementerio y retenciones durante más de media hora, con la ilusión de ver a nuestro Mallorca luchando contra los mejores de Europa. ¡Qué recuerdos!

En mi paseo giré hacia el Carrer Uruguay donde está el Poliesportiu Sant Ferran que pese a que ahora está venido a menos sigue teniendo unas muy buenas instalaciones donde el Consell de Mallorca sigue promoviendo el deporte y las actividades deportivas entre los más jóvenes. Desde allí, ya se veía, el gran Palma Arena, un recinto deportivo del que nuestros políticos se aprovecharon, que creció sobre las pistas de atletismo de Sant Ferran y que ahora es un gran palacio de deportes donde se realizan diversas actividades desde conciertos hasta exámenes, pasando esta claro por algún que otro deporte.

Pero al pasar de largo del Palma Arena me encontré con el Camp de S’Antoniana. Esta vez no me hizo falta cerrar los ojos para recordar el pasado. Los años han pasado y todo sigue igual, y mientras la sociedad ha evolucionado y muchos equipos han crecido de la mano de nuestra Federación allí sigue estando el Independiente o lo que queda de aquel club que nació en el barrio del Camp Redó y que creció en una barriada cada vez más desfavorecida ayudando a los más jóvenes y con menos recursos a hacer el deporte que más les gustaba jugar a fútbol. Anda! La misma función que tendrá la Fundación de Fútbol!

Y es que el Independiente lleva años luchando por intentar conseguir lo que todos los equipos de Palma ya tienen unas instalaciones en condiciones, pero claro, justamente esos terrenos no pertenecen al Ayuntamiento de Palma si no a la Universidad de les Illes Balears, y año a año entre unos y otros siguen pasándose la pelota mientras el club, año tras año sigue intentando sobrevivir con la dificultad añadida de que a solo 1 km, 12 minutos andando, hay un equipo que unas mejores instalaciones. El Independiente es un club muy enfermo que solo la ayuda de algún organismo público puede salvar… o ahora de la Fundación de Fútbol, ¿luchan por los mismos valores no?

Con ese sentimiento de esperanza me presenté en la puerta del club y hable con uno de los padres que estaban viendo el entreno de su hijo. Le pregunté porque no llevaba a su hijo al Sporting Ciutat de Palma y la respuesta fue clara, yo crecí jugando en este campo. Y ese sentimiento es lo que, por ahora, mantiene vivo al club… Pero no podrá ser eterno. Se me ocurrió preguntar que había hecho la FFIB con el césped que había quitado de Son Malferit y allí fue cuando su respuesta me pilló por sorpresa y me rompió el corazón, se esfumó toda esperanza y fue un duro golpe de vuelta a la realidad de un mundo que se mueve por intereses. No sé si su respuesta era cierta tampoco he tenido el valor de irlo a comprobar pero el simple hecho de que exista ese rumor en el seno de este club enfermo ya provocó que se me ensombreciera la alegre mirada. El césped ha ido a parar a campo de Sa Vileta donde actualmente no juega ningún equipo. Sin saber si es cierto o no, volví sobre mis pasos menos contento que a la salida y con unos nubarrones negros que se acercaban con señal tormenta. Y así vive nuestro fútbol últimamente atormentado por unos dirigentes que piensan más en sus propios beneficios que en la ayuda a los más desfavorecidos.

Pese a ello sigo siendo una persona inocente, y vivo con la esperanza de que esta, la Fundación de Fútbol sea la primera piedra de un proyecto donde se ayude a los más necesitados a realizar el deporte que más les gusta. Yo si fuera Miquel Bestard tendría claro por donde empezar por el Camp de Fútbol de S’Antoniana. Se trata de eso ayudar a los más desfavorecidos y no creo que haya club en la isla que lo necesite más que ellos.

La historia no ayuda a tener esperanza… Pero la esperanza es lo último que debemos perder.
 

Informa: DeporteBalear.com. Fuente: ultima Hora

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