Deporte Balear

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Un árbitro pasó el día de ayer en el hospital con diagnóstico de rotura de mandíbula, debido a los puñetazos que un jugador juvenil le propinó, camino de vestuarios, al término del partido que acababan de disputar.

Sucedió en la mañana de ayer lunes en Almería en el partido de categoría 2ª juvenil andaluza que enfrentó a los equipos del C. D. Español del Anquilan y el Cuevas C. F. y que acabó con el resultado de 3-3. Según leemos en la escalofriante acta:

   En el minuto 89 el jugador número 5 del C. D. Español del Alquian D. ______________________ fue expulsado por el siguiente motivo: doble amarilla. Una vez expulsado, este jugador se dirigió a mí diciéndome: “Eres malísimo, hijo de puta, me cago en tus muertos, cabrón, te tengo que matar”.

Cuando me dirigía a mi vestuario, justamente en la puerta, el padre de dicho jugador que se identificó como tal diciéndome: “¿Qué pasa con mi hijo? Espérame a la salida, te tengo que matar, te tengo que cortar la cabeza y te tengo que rajar”, justamente en ese momento se abalanzó hacia mí el dorsal número 5 del C. D. Español del Alquian propinándome dos puñetazos impactándome uno en la boca, que empezó a sangrar, y otro en el pómulo derecho.

Mientras ocurrían estos hechos, el dorsal número 9 del C. D. Español del Alquian D. __________________  se abalanzó hacia mí lanzando varios puñetazos, los cuales no llegaron a impactarme, teniendo que ser sujetado por varios compañeros a la vez que me decía: “Te voy a matar, espérame a la salida eres un hijo de puta”. En esos momentos se pudo deshacer de sus compañeros, volviendo a abalanzarse hacia mí, lanzándome varios puñetazos, los cuales no me llegaron a impactar.

Tras estos hechos me quedé aturdido y sangrando, por lo que gente que no pude identificar me introdujeron en el vestuario.

Estando hospitalizado en el hospital Virgen del Mar a la espera de una operación de mandíbula. Adjunto parte médico y denuncia en el momento de darme el alta el médico.

El compañero pudo llegar al hospital sobre las 15:00 donde, en un primer parte médico, se le diagnosticó una rotura de mandíbula. Dada la gravedad, el árbitro quedó ingresado preparando el preoperatorio para la operación que se realizaría al día siguiente. Sobre las 20:00 de la tarde, con muchas pruebas de por medio, una segunda valoración descartó la rotura de mandíbula cerrando el parte médico definitivo en contusión mandibular además de en el oído y pómulo derecho y en el labio superior, recibiendo el alta hospitalaria algo después, pudiendo hacer noche en su casa.

Es lamentable leer cómo un colegiado queda tan cerca de un trágico final por el simple hecho de arbitrar un partido de jugadores aun en edad de formación. No podemos entender cómo nadie fue capaz de evitar la agresión y entendemos que es responsabilidad directa del club pues la integridad del árbitro queda en sus manos mientras este se encuentre en las instalaciones. ¿Este padre era la primera vez que insultaba o amenazaba a alguien? ¿Y estos jugadores? No nos creemos nada.

Hemos sabido que esta mañana se ha interpuesto la denuncia correspondiente y hasta que la justicia dicte sentencia lo único que veremos será una multa económica cercana a 50€ para el club local, una sanción de unos 3 meses para el agresor y unos pocos partidos para el jugador que trató de agredir. Nuestra pregunta es si estas sanciones deportivas y las que vendrán por parte de la justicia servirán de algo para cambiar el comportamiento de estos agresores y si este tipo de sanciones sirven para minimizar el problema de la violencia en el fútbol. Obviamente nuestra opinión es que no sirven de mucho o nada.

Además, en el acta también se puede leer que: “El acceso al vestuario arbitral no estaba separado del publico con vallado”, lo cual facilitó tremendamente la aparición del expulsado y del padre del mismo en la agresión. Recordemos que estos lugares deben estar revisados por las federaciones y que la Real federación Andaluza de Fútbol tuvo que dar el visto bueno a unas instalaciones que por su falta de seguridad acabaron siendo una ratonera para el árbitro del partido, una ratonera que ha salido muy cara para este joven colegiado.

No por seguir exigiendo planes de educación y reeducación creemos que seremos más escuchados, cada día queda más claro que nos exigen mártires para empezar a combatir la violencia. Nuestro problema es social y económico, social porque es la sociedad la que está educada de esta forma y económico porque el dinero convierte en suculentos los cargos federativos que abogan por el inmovilismo, la opacidad y el ocultismo de la violencia.

Una vez más y esta vez más fuerte que nunca exigimos a Eduardo Herrera Jiménez, presidente de la Real Federación Andaluza de Fútbol desde hace 29 años, y a Felipe Santos González, presidente del Comité de Árbitros andaluz, que dimitan y se vayan de una vez. Que dejen paso a nuevas ideas y permitan un cambio que quizás acabe salvando vidas.

Hoy no ha muerto un árbitro, por suerte, la semana que viene no sabemos si podremos decir lo mismo. Y esto está pasando en las categorías de formación de nuestro país continuamente sin que nadie diga nada. Los medios de comunicación no investigan la opacidad de las federaciones y quedamos a la deriva de dirigentes que camuflan la violencia en las alfombras de sus despachos mientras pesan sus amplias billeteras forjadas en cargos vitalicios con muchos derechos.

¿Cuántos puñetazos en la cabeza tendremos que recibir antes de que alguien haga algo? No es de recibo que un grupo de árbitros tengan que organizarse para denunciar estos hechos, no puede quedar así.

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Fuente: Sindicato de árbitros

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