Deporte Balear

 

Rodrigo Escudero es el encargado de ajustar los engranajes de los guardametas del Atlético Baleares, ya son cinco años los que lleva este argentino afincado en Mallorca dirigiendo  la preparación bajo los palos. La  figura del entrenador de porteros no tiene nada que ver con la de un entrenador convencional, siempre están encima, y en todo momento  saben al cien por cien que “piezas” han de ajustar para llegar al  máximo rendimiento de  los salvadores del gol. La  entrevista que podéis leer hoy en Deporte Balear fue  realizada vía  telefónica durante el confinamiento de abril de 2020. 

A.M-Este es tu quinto año llevando tu metodología en las porterías del Atlético Baleares, con el añadido de dos equipos femeninos desde prácticamente tu comienzo, ¿me podrías resumir tu periodo en el Baleares?.

R.E-Arranqué los primeros días de septiembre de 2017, así que llevo prácticamente tres años ya. Entré con el cuerpo técnico argentino que era Horacio Almendarejo y Luciano Vecchio. El último partido de esa temporada lo perdimos por tres a cero ante el Lleida y la dirección decidió destituir al cuerpo técnico. Esa misma noche hablamos y me comentó él mismo que la dirección estaba contenta con el trabajo que yo había efectuado hasta el momento. Como verás le pedí permiso debido a quepo había venido desde un principio con él y me dijo que sí, que no había problema. Y aquí me tienes hasta hoy día que sigo en el club.

-Respecto al equipo femenino te puedo decir que es un proyecto que arrancó Guillermo Pisano que fue el que me ofreció hacerme cargo con las porteras del primer equipo que de momento competía en autonómica. No te voy a engañar, hasta el momento no había trabajado con femeninas, pero te seré sincero, todo lo que me reporte poder mejorar o aprender algo nuevo, me llama siempre a mí.  Así emprendí este nuevo reto que desde un primer momento me gustó. El equipo ascendió a final de temporada y seguidamente me ofrecieron llevar la metodología del filial femenino y su fútbol base. 

A.M-¿Crees que el arquero tiene otra genética respecto al futbolista de campo?

R.E-No sé si la palabra es otra genética. Yo entiendo que es algo más fisiológico del cuerpo. Supongo que quieres decir si tienen algo distinto ¿verdad? Pues sí, si lo hay. Piensa en las 20 personas que hay en el campo de juego, y otras cincuenta mil por fuera que lo único que quieren son goles, y solamente son cuatro, más dos suplentes por cada equipo deseando que no se haga gol… Entonces sí, te puedo decir que son diferentes. Son totalmente distintos. Tienden a ser personas en términos generales (¡no quiero que ninguno se me ofenda eh!) muy para ellos, trabajan siempre solos, están todos “locos”, y son a veces difíciles de llevar. Hay que saber cuándo hablarles y cuando no. ¡Son muy especiales! Yo sé que muchos de ustedes dirán, “¡pero es un loco!”. Bueno… Sí, es verdad. Pero esa locura entre todos nosotros se comparte y se entiende.

-Con respecto a la genética en parte sí es “distinta” porque para ser un buen portero es necesario que tengan fibras rápidas, que sean reactivos, que sean explosivos, que tengan ese carácter de locura para hacer cosas que a lo mejor otros no hacen. Piensa que siempre tendrán que convivir con el error, y esto si que es algo genético. Nacer sabiendo que un error les puede costar un gol, y por ende les puede costar un torneo, una liga o incluso no jugar en el próximo partido por perder la titularidad en el equipo. 

Te diré algo que aprendí siendo profesional: -Cuando terminas un torneo y de las cuarenta jornadas jugaste diez, vas a valer x dinero. Si lo que te sacó fue una lesión igual se podrá negociar, pero cuando de cuarenta y dos jornadas estuviste treinta en el banquillo, te puedo asegurar que en la próxima temporada el dinero que le vas a llevar a tus hijos en el bolsillo será difícil que sea  lo mismo a menos que te vayas a otro club y que tengas un buen representante. El jugador y el portero siempre vale más cuando juega.

A.M-Mucha historia referente a la figura del arquero, pero. Últimamente  se insiste mucho en su soledad. Si sentiste esto alguna vez ¿En qué categoría fue? ¿verdad o leyenda de cancha?

R.E–No, no es ningún mito, es una verdad total. Te lo resumiría como el abrazo que no se siente. Recuerdo un año que jugaba en el Alvarado y recibiamos al Aldosí de Mar de Plata, para que te hagas una idea, era el eterno rival del equipo donde jugaba, igual que un Baleares-Mallorca por poner un ejemplo. Con el empate pasábamos de ronda por que habíamos empatado 0-0 en su casa y íbamos 1-0 ganando y con el empate pasábamos. Entonces aquí viene la historia… Salí a buscar un centro entre el área pequeña y  el área grande, literalmente fui a por las uvas…y llegó el gol en el minuto 47 por parte de los de Mar del Plata. Seguidamente sacamos de centro para reanudar el partido, tiran para atrás y finalizó el partido. 

No creo que haya mito, está solo continuamente. Trabaja distinto, las acciones que ejecuta son directamente proporcionales a la que tiene que hacer en un campo de juego… Te rematan de cabeza, con el pie derecho, el izquierdo y ellos siempre tienen que pararlo de mil maneras distintas. El grado de concentración de un portero también tiene mucho que ver y él siempre está en esa soledad. Son personas muy especiales. Es una locura constante. De sus diez compañeros el tiene algo distinto que hacer, que es evitar que hagan gol.

A.M-Si no me equivoco llegaste a jugar en la primera división argentina. Debe de ser bárbaro como decís vosotros los argentos ¿se nota la presión de la hinchada contraria? ¿echas de menos algo?

R.E-La verdad es que se extraña, se extraña el ruido de los bombos de atrás, la gente alentando, eso de gritar, ya sabes… eh hijo de…la madre que te parió. La hinchada, esa presión extra, y sí, la verdad que entrar en campos como el del Atlético Tucumán, o en Rosario o Racing, que son campos que las hinchadas tienen mucho fanático, y esa presión extra al ser visitante si que se sentía mucho. Es verdad que extraño un poquito eso. Al final ese folklore del fútbol yo entiendo que al jugar una final no tan solo es llenar un campo de fútbol, sino más el gritar continuamente y los cánticos. Eso es lo que más extraño.

A.M-Me da la sensación de un tanto por ciento elevado de la tarea de un guardameta es intuitivo ¿Qué opinas?

R.E-Sí, hay mucho de intuición en el portero. Al final, esa toma de decisión ejecutada milésimas de segundos antes de que pase suele salvar la acción. Mira, el ejemplo más fácil es cuando el portero está un poco adelantado a la línea de la frontal el área pequeña y el área grande y percibe ese pase que va a dar el contrario entre líneas ya que va a tener que salir a cortar ya que  la defensa del portero hace un achique e intenta leer esa jugada para poder interceptar el balón, siendo con un raso abajo o una por arriba también. Es obvio que tiene mucho de percepción el portero. 

Las acciones en las que hay menos tiempo de percepción, son las acciones de remates donde el portero tiene que reaccionar pero si puede intuir dónde va a ir ese segundo rebote que el mismo portero genera. Creo mucho en lo intuitivo.

A.M-¿Mono Burgos o Loco Gati?

R.E-El mono es un loco lindo y me siento muy representado con su locura, su nivel de carácter posiblemente es lo que le hizo llegar hasta donde llegó. Al loco Gati no lo vi casi jugar, cuando yo tenía unos catorce años le quitó la titularidad un portero que jugó en España, el mono Montoya. El mono Carlos Fernando navarro Montoya, que lo prefiero al loco Gati. 

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