Deporte Balear

Paco Olmos vuelve a la que fue su casa durante las últimas tres temporadas para intentar conquistar el primer título de Copa en la historia de su nuevo club, el Menorca Básquet.

El entrenador del ViveMenorca ha logrado que su nuevo equipo recupere un instinto ganador que le ha llevado a clasificarse para la final de la Copa Príncipe de Asturias y convertirse en uno de los grandes animadores de una espectacular Adecco Oro en la que todo puede pasar. Olmos regresa por primera vez a Melilla –al que dejó a las puertas del ascenso la pasada campaña- para refrendar la buena marcha de su nuevo proyecto luchando por el primer título de la temporada ante el líder de la competición.

¿Cómo afronta la disputa de esta final?
Cuando se acerca la posibilidad de ganar un título se genera una ilusión importante en todo el entorno y nosotros viajamos con esa ilusión como seña de identidad. Además afrontamos la final de forma muy competitiva porque somos un club que no tiene muchos títulos y, para un profesional, conquistar uno es el culmen de una carrera. Pero sabemos que, con este formato, el equipo visitante tiene una gran dificultad porque jugamos en el campo del líder de la liga regular. Así que intentaremos ser competitivos, pero sabemos que Melilla es el gran favorito

Usted vivió la misma situación la pasada temporada y perdió ¿qué le enseña la experiencia?
Que hay que ir con el máximo respeto hacia el rival pero intentado imponer tu mejor baloncesto para competir. Muchas veces una final se decide más por la forma de responder del grupo individual y colectivamente ese día en concreto que por lo acumulado anteriormente.

Además está el componente emocional del regreso a su antigua casa con varios jugadores que vivirán la misma situación…
Sí. No se puede obviar que es una situación especial. Han sido tres años maravillosos y tengo al club, a la afición y a la ciudad en mi corazón. Ellos me dispensaron un trato excelente y yo lo dí todo, así me gustaría disfrutar de un recibimiento cordial porque hay que ver donde está el club ahora y donde estaba cuando llegué a Melilla. Fue una etapa magnífica y mi familia y yo sólo tenemos palabras de agradecimiento pero después, cuando llega el momento de la final,  estás totalmente concentrado en darlo todo por tu club y por tu equipo y sólo piensas en ganar. Los sentimientos los dejas  para el tiempo que transcurre antes de jugar y hasta que coges el avión de vuelta.

¿Condiciona enfrentarse a quién fue su ayudante?
Llegado el momento de partido hay que evitar pensar en quién esta en el otro lado de la banda, aunque hay que reconocer que además me une una gran amistad con Gonzalo. Compartimos la misma filosofía de baloncesto durante años y es posible que ambos podamos prever o pensar en qué puede ocurrir durante el partido. Aunque al final creo que tienes que ser fiel a tu baloncesto y magnificar tus mejores armas. Sabemos que para ganar hay que hacer un gran partido e intentaremos tener la mayor información del rival pero al final lo que decide una final suele ser el comportamiento de los jugadores en la cancha.

¿Cómo se trabaja ese aspecto para un partido de tanta trascendencia?
Sobre todo hay que controlar las situaciones emocionales. Sabemos que, por ejemplo, habrá hostilidad hacia nuestro juego porque estamos ante su público. El primer partido de esta temporada en Menorca fue de riqueza táctica y de una dureza física honesta. Ellos no pudieron contar con dos jugadores importantes -Coppenrath y Héctor García- y ahora los recuperan por lo que el encuentro será muy diferente al de entonces y debemos estar preparados para afrontarlo porque su plantilla está mucho más reforzada.

¿De qué forma condiciona a un equipo la disputa de la Copa en medio de la temporada?
Condiciona porque la liga normalmente tenía un parón en navidades aprovechado por los equipos para trabajar aspectos tácticos y descongestionar a los jugadores. Este año no lo hubo y se aprovechará este ‘break’ para cargar las pilas y salir del estrés del día a día. Nosotros por tema de calendario si tuvimos ese descanso en navidades, pero Melilla no lo va a tener y muchas veces hay que desestresar al jugador porque los cuerpos se van cansando más. Pero creo que todos preferimos disputar un título antes que descansar y jugaremos duro para intentar entrar en la historia en el Menorca Básquet.

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