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Nadal agiganta su leyenda a marchas forzadas. Un juego preciso, sin errores, le ha permitido vencer 6-3, 6-2 a la revelación del Conde de Godó, Ivan Dodig, y conseguir la victoria número 500 de su carrera. En su sexta final en Barcelona, la número 60 de su palmarés, le espera David Ferrer, que atraviesa un momento dulce.

A Nadal le cuesta hacer historia más de lo que parece. Igual que la victoria que esta tarde ha conseguido ante Ivan Dodig. Muchos pueden leer en el marcador un triunfo fácil del número uno del mundo. Y más si el rival es un desconocido croata de 26 años. Pero el duelo estuvo muy lejos de ser desequilibrado.

Ivan Dodig, número 56 del ránking ATP, sabía que estaba en el momento más importante de su carrera profesional. Salió algo intimidado a la pista central del Real Club de Tenis de Barcelona y, tras perder once puntos consecutivos, un murmullo recorría la grada. El partido amenazaba con durar menos de media hora.

No fue así. Y no sucedió porque Dodig no ha eliminado a Soderling, número cinco del mundo, Raonic y Feliciano por casualidad. El croata se desliza muy bien en la tierra batida y elige muy bien cuando atacar con su poderoso revés y en qué momento cortar la pelota con un sutil movimiento de muñeca. Todo un descubrimiento.

Tras los dos primeros juegos de Nadal llegaron otros dos del croata. Una rotura de servicio más del español, que se ponía 5-3. Con el saque a su favor, cerraba el primer set. La afición aplaudía al mejor tenista del mundo, pero también ovacionaba el derroche de su rival, que más de una vez se lanzó al suelo como un portero de fútbol.

Mismo comienzo
En el segundo set se repetía la historia. Dodig salía algo adormecido y volvía a situarse dos juegos por debajo. Luego reaccionaba, pero Nadal ya sabía cómo se las gastaba el croata. No era un rival cualquiera.

Acertado con su clásico drive liftado y preciso en la volea, Nadal tomaba el mando del partido al imprimir agresividad al intercambio de golpes con Dodig. El croata iba de lado a lado, pero su repertorio de revés y paralelos obligaba también a Nadal al baile.

A pesar de hacer puntos en todos los juegos de este set, el croata iba a acusar algo su exhibición física e iba a ceder por un duro 6-2. Si Dodig aguanta este nivel al menos durante los meses en el polvo de ladrillo, pronto estará más arriba en el ránking y dejará de ser una sorpresa.

Rafa Nadal sigue a lo suyo. 500 victorias (diez meses antes que Federer), 60 final en su carrera, sexta vez que puede ganar el Conde de Godó… Una larga cita de hitos que agrandarán aún más su leyenda.

LV

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