Sobre el Villarreal-Real Madrid.

23 marzo 2012 | Por Redacción | Categoria: Denuncias, Fútbol

 

Antes que nada, pido disculpas por los días que lleva nuestra web (www.deportesininsultos.com) fuera de servicio. La nuestra es una asociación sin ánimo de lucro y, debido a nuestros escasísimos recursos, cualquier problema puede afectarnos más de lo deseado. Trataremos de solucionarlo lo antes posible.

 

Centrándome ya en el asunto que da título al escrito, es triste que personas que representan a un club tan importante como el Real Madrid se muestren culpables de comportamientos tan antideportivos como los del pasado miércoles. Las acusaciones de robo, los gestos irrespetuosos y los insultos vertidos resultan indignantes.

 

Echando la vista atrás, uno recuerda, por ejemplo, el día en que José Mourinho decidió acudir a una rueda de prensa con una lista de errores arbitrales. Sin embargo, por poner un caso reciente, no tuvo la misma idea tras el partido contra el Rayo Vallecano, cuando los errores arbitrales lo beneficiaron.

 

¿Robo? ¿Dónde está el robo? Si un árbitro cree que un futbolista debe recibir dos amonestaciones en el mismo partido, es expulsión. Por supuesto, puede equivocarse (por cierto, creo que no es el caso de Sergio Ramos en el partido que nos ocupa, es decir, el del Villarreal), como pueden hacerlo los futbolistas sin que nadie hable de robo. Si un jugador aplaude a un árbitro para burlarse de él, es expulsión. Si los miembros de un equipo técnico no se comportan ejemplarmente, tienen que tomarse medidas disciplinarias al respecto. Y punto. E insisto: puede haber errores, claro que sí; pero a veces benefician y otras perjudican. Eso es todo. Y no vale quejarse sólo cuando a uno le interesa. Y tampoco vale pensar que los árbitros se equivocan queriendo perjudicar a un equipo concreto mientras que ante los fallos de los futbolistas nunca se duda de su honor. Hay que ser más caballero. Y que conste (siempre lo digo en mis artículos) que prácticamente todos los equipos (por no decir todos) hacen lo mismo.

 

Mientras no seamos capaces de entender que el error es parte del juego y de la vida (se equivocan los futbolistas, los entrenadores, los fontaneros, los fiscales, los barrenderos…) y no tengamos la grandeza suficiente de admitir que no hay mala intención (si no la hay cuando resultamos beneficiados, ¿qué nos hace pensar que sí la hay en el caso contrario?), esto seguirá siendo un circo insoportable y nauseabundo, por no hablar del mal ejemplo que se les da a los jóvenes, para los que los ídolos deportivos son referentes.

 

Ojalá los responsables de los distintos organismos deportivos (sobre todo de las federaciones y los comités de árbitros) se lancen, de una santa vez, a intentar poner remedio a esta sinrazón. Que sí, que ya sabemos que el fútbol mueve mucho dinero y pasiones; pero ¿de verdad que eso no es compatible con que se fomenten los valores?

 

 

 

 

Ángel Andrés Jiménez Bonillo, árbitro de fútbol y Presidente de la

Asociación Deporte Sin Insultos.

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