El boxeo pelea por romper las barreras de la incomprensión en España

1 enero 2016 | Por Redacción | Categoria: Boxeo, Otros Deportes
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La figura del boxeador patrio ha vivido momentos de gloria en el pasado, en los que se le asimilaba al rol social del torero. Sin embargo, a pesar de gozar de algunos de los referentes internacionales de este deporte -como Javier Castillejo o Poli Díaz-, esta actividad todavía sobrevive bajo el yugo de la censura provocada por el cartel de violencia que se le asocia nuestro país. EL IMPARCIAL reflexiona sobre la salud del boxeo español con algunos de sus protagonistas, que nos explican el punto de vista sobre esta polémica desde el otro lado, el de los profesionales que batallan por la existencia de este histórico deporte dentro de las fronteras nacionales.


El deporte que genera más de cien millones de dólares en concepto de derechos televisivos de uno solo de sus combates -explosión iniciada por el duelo entre Lennox Lewis y Mike Tyson-, que ha llegado a congregar a 132.274 espectadores en un recinto deportivo -espectáculo producido por el mítico don King- y que se ha convertido en uno de los eventos más seguidos del planeta, no tiene hueco en nuestro país. A pesar del ilustre compendio de estrellas que elevaron el nombre del boxeo español hasta situarlo a la altura del ciclismo, del baloncesto o del fútbol, la crisis de apoyos que ha sufrido esta actividad en las últimas décadas ha provocado que sus profesionales luchen por encontrar un sitio en la oferta deportiva a la actividad que encumbró a figuras como Urtain, Pedro Carrasco, José Legrá o Pepe Durán y, por ende, que transmitió el nombre del deporte español fuera de nuestras fronteras.Uno de los estigmas por los que algunos medios de comunicación españoles han dado la espalda a la publicación de noticias relacionadas con el boxeo es el supuesto carácter violento de este deporte. La Asociación Médica Mundial declaró en su 170ª sesión del consejo -en 2005- que “el boxeo puede ocasionar la muerte y produce una incidencia alarmante de lesión cerebral crónica y, por esta razón, la Asociación Médica Mundial recomienda que el boxeo sea prohibido”.Ahondando en esta tesis, EL IMPARCIAL ha charlado con el prestigioso analista médico-jurídico Miguel Rodríguez Jouvencel. “La mayor preocupación son las lesiones cerebrales, que en general conducen a un deterioro global de la persona, en especial de las funciones mentales superiores, e involucran gestos y movimientos de la vida ordinaria”, asegura. El doctor explica a este diario que “los fundamentos médicos” de estas acusaciones “son indiscutibles”, y señala que “lo deseable es que la prohibición no venga de una norma impuesta, sino que surja como consecuencia de la expresión del sentir de una ciudadanía formada”. Por último, Rodríguez Jouvencel reflexiona sobre la polémica prohibición impuesta en la Comunidad de Madrid que censura la asistencia de menores de edad a veladas boxísticas. “¿Han pensado cómo se ha de sentir un niño viendo a su padre -boxeador- humillado, tirado en la lona? La Ley ha de estar al servicio de la sociedad sin olvidar su faceta educativa y preventiva”, concluye.

Planteada ya la argumentación crítica con el rol que juega el boxeo en el panorama deportivo internacional, EL IMPARCIAL ha acudido a los profesionales de esta actividad en nuestro país para conocer su visión sobre el estigma que les persigue dentro de nuestras fronteras.


Javier Castillejo esta considerado como uno de los mejores boxeadores españoles de la historia. Conquistó seis veces el campeonato del mundo de “superwelter” y dos el del peso medio, amén de otros cuatro campeonatos de Europa. El “Lince de Parla” arranca su reflexión señalando que “el boxeo tiene una herida que no termina de curarse”. “He demostrado que es un deporte más en España llenando la Cubierta de Leganés -en su combate ante Mulligns por el Mundial en 1999-, pero no tenemos apoyos”, denuncia. Castillejo define la actividad que le convirtió en referente internacional como “una escuela de vida”: “El boxeo te prepara para afrontar los palos que te da la vida, que son más duros que los de un combate·”, explica.

El ex boxeador regenta una escuela-gimnasio en el madrileño pueblo de Parla. Desde allí nos describe la esencia del boxeo que transmite a sus alumnos al tiempo que diagnostica alguno de los problemas que limitan el reconocimiento que disfruta en España. “Es una forma de salir de los malos rollos para los jóvenes, porque mientras está aquí entrenando, no están en un banco bebiendo o fumando porros”, relata. Además, Castillejo señala que “en este deporte se aprenden el sacrificio y la disciplina desde la seriedad y la salud”. Sin embargo, Javier denuncia la situación que sufre su amada profesión: “El obstáculo del boxeo siempre es el mismo, que no hay ayuda de la televisión. Hay campeones del mundo que no los conocen ni en su barrio y, aunque ahora está más jodido por falta del apoyo, los chavales siguen viviendo el sueño a pesar de las barreras que nos ponen y yo tengo más de cien alumnos en mi escuela”.

“Yo voy a Alemania y soy un deportista de élite, y aquí, sin embargo, no tengo ese respeto”, confiesa. Además, Castillejo nos explica que “antes el boxeador era como un artista, como un torero, por lo que el boxeo siempre ha estado ahí y va a estar, así que se merece un respeto”. Por último, “El Lince de Parla” reflexiona sobre el cartel del deporte violento que condiciona la situación mediática que sufre esta actividad en España: “Hay una gran diferencia entre dureza y violencia. Es duro pero no puede ser violento porque hay unas reglas, con tres jueces y un árbitro. En el fútbol sí hay patadas que van a lesionar y eso sí es violencia, pero es el deporte rey. Yo voy con mi hijo a un estadio de fútbol y le tengo que tapar los oídos. Eso en el boxeo no existe”.

Ricardo Sánchez Atocha es uno de los entrenadores y promotores más importantes del boxeo profesional español. Ha preparado y llevado la carrera de boxeadores como Castillejo, “Poli” Díaz Y los referentes actuales “Maravilla” Martínez y Gabriel Campillo. Sánchez Atocha arranca su análisis señalando que “el problema lo tenemos en la promoción, ya que va menos gente a las veladas y no hay ningún apoyo de patrocinadores o medios de comunicación, por lo que las escuelas y los clubes son clave en la difusión de los combates, que realiza con el boca a boca o a través de las redes sociales”.

Sánchez Atocha, que augura un aumento en el nivel los boxeadores nacionales debido a la “serie de entrenadores jóvenes muy buenos”, refleja una de las contradicciones que ofrece el universo del boxeo en España. “El boxeo da mucha audiencia pero las televisiones no encuentran patrocinadores, como por ejemplo Nintendo o Coca-Cola en Alemania, además las televisiones que dan boxeo están contentas pero los patrocinadores están con Sálvame”, explica.

El entrenador asegura que se “hizo promotor porque tenía un equipo de boxeadores y no había promotores” y apunta que “en nuestro país se admite que un niño de 10 años se suba a una moto a 200 kilómetros por hora y se sataniza el boxeo”. “El primer torneo que ganó Óscar de la Hoya lo ganó con nueve años y aquí no les dejan ni entrar al boxeo hasta los 18 años”, denuncia. Por último, Sánchez Atocha señala que “para ser boxeador profesional en España tienes que tener ganas de gloria, porque ganar dinero con esto en nuestro país es imposible”.

Saltando hacia la otra vertiente del boxeo español, el amateur-olímpico, EL IMPARCIAL ha consultado la opinión de uno de los referentes mundiales de este deporte, Alfredo García Pérez. El árbitro internacional amén de vicepresidente de la Federación Española de boxeo nos explica que “el olímpico está bien, pero por falta de dinero nos cuesta dar más becas y mejorar los gimnasios”. “Por el carácter de nuestro deporte realizamos análisis completos a los deportistas, incluso de la hepatitis y resonancia magnética para sacar la licencia, pero todo eso cuesta un dinero importante”, indica ahondando en los problemas económicos que azotan al órgano gestor de esta actividad en España.

El miembro de la AIBA (Asociación Internacional de Boxeo), que señala que “los gimnasios están llenos y el equipo nacional se ha clasificado para los Juegos Olímpicos, algo que no se conseguía desde Barcelona´92”, aporta algo de luz a la reflexión sobre el carácter violento de este deporte: “En los últimos 30 años, el montañismo ha sufrido 285 muertes, los deportes aéreos, 105, el ciclismo ha sufrido 71 fallecimientos, el motociclismo, 31 y el boxeo tiene 4 -datos publicados en el primer Congreso de Médicos de Ring de España-. Si hablamos de lesiones, antes las mutuas no te daban la licencia, por desconocimiento, pero ahora no hay ningún problema porque hemos demostrado que somos de los que menos lesiones tiene, pero tenemos que convivir con esta mala imagen”.

García Pérez cree que “la mala imagen es uno de los obstáculos que tiene este deporte en España”, pero “la gente se tiene que olvidar del boxeo de la época negra que salía en las películas”, explica. El dirigente argumenta que “en la actualidad, hay gente practicando boxeo que estudia derecho y después de pegarse y acabar un combate, se van juntos a la discoteca a bailar”. Por último, el mandatario nos desveló que será suprimido el uso de casco en el boxeo olímpico tras los Juegos de 2012 y enumera algunos aspectos destacados de la evolución de la reglamentación del boxeo: “ninguna velada de boxeo empieza si no hay un médico y una ambulancia, antes de empezar hay un pesaje y un reconocimiento médico de los boxeadores y después también, ya que el médico puede, por ejemplo, diagnosticar descanso de 28 días a un boxeador que haya sido noqueado. “En España ya hay matrimonios que van a ver los combates, por lo que se esta diluyendo la mala fama de este deporte, aunque todavía nos llevará un tiempo cambiar la imagen del pasado”.

El último testimonio recogido en esta reflexión sobre el estado del boxeo español, EL IMPARCIAL ha charlado con Emilio Sánchez Cubino, responsable médico de la selección española de boxeo. El doctor abre su análisis señalando que “el boxeo conlleva daños neuronales a través de micro-hemorragias que deterioran las neuronas cerebrales, en eso no hay discusión”. Pero, a su vez, nos traslada la intención de trabajar sobre la “prevención”: “Intentamos que prevalezca siempre la salud del deportista, realizando resonancias magnéticas que determinen si el boxeador ha sufrido problemas derivadas de hemorragias cerebrales o lesiones que le vana limitar en la práctica del boxeo”. Además de análisis sanguíneos con pruebas de hepatitis y sida”.

El médico nos explica que intentan “que en el combate no se reciba un castigo desproporcionado”, otorgando al doctor que está en el ring la potestad para parar el combate en esos casos o en episodios de hemorragias del tipo que sea. Sánchez Cubino cree que “el criterio de la prohibición del boxe es desproporcionado, porque “entonces deberían quitarse todos los deportes de contacto”. “En la lucha libre, por ejemplo, tienes más porcentaje de lesión que el boxeo: luxación de mano, de codo o de hombro”, concluye.

“Es muy complicado lavar la mala imagen del boxeo en España, porque la prensa es muy catastrofista. En el fútbol han habido muertes súbitas. ¿Es el fútbol peligroso por ello?¿Es un crimen? El boxeo es un deporte de contacto y en él se producen heridas desagradables, pero es muy diferente la política del Pirineo para arriba con este deporte”, denuncia.

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