Deporte Balear

Arbitro, Ortiz Escarrer,  foto: Diario de Mallorca

El emocionante enfrentamiento entre el Mallorca B y el Santanyí en la jornada 18 de la Tercera División balear se vio abruptamente interrumpido en el minuto 70, dejando a todos los espectadores perplejos y preocupados. Lo que prometía ser un duelo vibrante se convirtió en una escena inusual cuando el árbitro, Ortiz Escarrer, se vio obligado a salir en camilla debido a una lesión.

El momento crítico ocurrió cuando Pau Mascaró, del Mallorca B, intentaba adentrarse en el área del equipo visitante. Después de un despeje de un defensor, el balón fue rechazado, y para sorpresa de todos, un jugador mallorquinista lo recogió con las manos. La confusión se apoderó de la cancha hasta que las miradas se dirigieron al árbitro, quien yacía en el césped solicitando urgentemente asistencia médica.

Con más de 20 minutos de detención, el estadio se sumió en un silencio inusual mientras los servicios médicos atendían al árbitro lesionado. La incertidumbre flotaba en el aire, y los espectadores esperaban ansiosos noticias sobre la continuación del partido. Sin embargo, la noticia llegó de manera inesperada: el encuentro se suspendió y se aplazará a una fecha aún por determinar.

La imposibilidad de sustituir al colegiado generó debates sobre los protocolos y las medidas de seguridad en el fútbol local. Los aficionados expresaron su desconcierto ante la situación, mientras que los equipos involucrados tendrán que reajustar sus estrategias para el enfrentamiento pospuesto.

Este inusual incidente no solo ha dejado a los seguidores con un sabor agridulce, sino que también plantea preguntas sobre la preparación y el bienestar de los árbitros en el ámbito deportivo. El fútbol, siempre lleno de sorpresas, demuestra una vez más que la imprevisibilidad forma parte intrínseca de este apasionante deporte.

Mantenemos a nuestros lectores informados sobre cualquier desarrollo adicional relacionado con la salud del árbitro y la programación del esperado enfrentamiento entre el Mallorca B y el Santanyí.