Voley; Valeriano Alles «De existir un motivo claro para prescindir de mí el club lo expondría» afirma Adrian Florenza

11 mayo 2010 | Por Redacción | Categoria: Volley

El ex entrenador del Valeriano Allès, Adrián Fiorenza no cuestiona la decisión del club, «aunque no la comparta». No esperaba tanta muestra de cariño de la afición tras conocerse su salida

Para Adrián Fiorenza (Avellaneda, 1969) todavía resulta difícil pensar al margen del Valeriano Allès Menorca. Tanto que aún se le escapa la primera persona del plural al hablar del futuro del equipo menorquín. De su cabeza emerge, en diversas ocasiones, un «tenemos que…» si se le pregunta como puede mejorar, en adelante, un equipo que bajo su batuta ha dado un rendimiento excepcional. Es un lapsus. Un tipo listo y talentoso como él sabe lo que es ganar, pero tambien conoce la sensación de agarrar los bartulos y emigrar. Por eso, es consciente de que no se acaba el mundo aunque ya no contemple el horizonte desde el mismo barco en que navega el CV Ciutadella. Fiorenza sabe desde hace cuatro días, oficialmente, que en Menorca ya no cuentan con su trabajo. No obstante, avisa: «El voleibol da muchas vueltas». En la entrevista siguiente echa mano a su sinceridad, la misma de siempre, para, sin tapujos, aunque siempre con elegancia, situar encima de la mesa los claros y los oscuros de estos dos años en Menorca.

-A una parte de la afición los motivos que ha dado el club para prescindir de Fiorenza les han parecido poco claros e insuficientes. ¿A usted le han argumentado alguna razón diferente para no renovarle el contrato?
-No. Pero bueno, en parte, la explicación oficial que se ha dado tiene un cierto sentido. Un cambio de ciclo. Otra línea de conducción del equipo. Nuevas ideas. Quizá pensaron que a Fiorenza ya le sacaron todo el jugo que le podían sacar. La mentalidad supongo que es ahora conseguir un preparador un poquito mejor, si no se puede, uno más o menos parecido.

-Resulta difícil de imaginar que el equipo llegue más lejos que en estos dos últimos años…
-Lógicamente, el margen de mejora es ya muy pequeño, pero siempre es lógico que uno se proponga ir a más y no conformarse con lo que hay. Adjudicarse la liga sólo es ganar dos partidos más que este año. También hay que pensar en la Copa de la Reina, a la que este equipo puede aspirar perfectamente si la competición no está adulterada. Y, en Europa, yo pienso que se puede llegar un par de pasos más lejos.

-Defiende Bep Llorens que la causa de su salida son pequeños detalles…
-Si él lo dice, no tengo porque dudar de eso. Además, es bastante coherente con las explicaciones que ha dado el club. Si existiese un motivo claro y contundente lo hubiesen expuesto, porque además sería más fácil para la entidad hacer más clara su decisión. Independientemente de que no comparta la decisión, no la cuestiono. Es la obligación del director deportivo tomar decisiones que considere oportunas. Ahora bien, detrás de eso ha de venir una justificación y si existiese algo fácil para convencer al público de forma clara lo habrían expuesto.

-¿Cuándo cree que toma el club la decisión de que Fiorenza ya no interesa?
-No es una decisión tomada de un día para otro. La opción de un cambio de rumbo está claro que es de tiempo atrás. Aquí el problema no es tanto que a mí me comuniquen la no continuidad tres días después de la final, sino que antes, con la temporada en marcha, tuviera ya filtraciones de lo que iba a suceder. Es una sensación rara que, desde fuera y durante el curso, te lleguen ya comentarios sobre que el club en que trabajas mueve ficha para relevarte en el banquillo. Yo lo supe y creo que seguí igual. Estoy tranquilo. El viernes tomé un café con Tico (la capitana) y le pregunté si había cambiado mi actitud en las últimas semanas (desde que intuía por los rumores su salida del club) y me dijo que no. Eso es lo que realmente importa.

-¿Y si se hubiera ganado el título, todo habría sucedido igual?
-Estoy convencido de que sí. Seguro que la resaca hubiese sido para muchos más larga, pero el momento de comunicarme que no contaban conmigo habría llegado igual.

-¿No será que tras tanto exito deportivo, económicamente, Fiorenza hubiera pedido más dinero?. Ya sabe que no están los tiempos que corren para aumentos de sueldo…
– No tuve ni tiempo para eso (risas). No hubo negociación. Mire, los acuerdos económicos en estas dos temporadas siempre fueron muy rápidos. El club la primera campaña me propuso una cosa y yo dije que sí a todo. El año pasado dimos dos retoques a su oferta y estuvimos de acuerdo.

-Sinceramente, ¿se esperaba tanto apoyo por parte de la afición hacia su figura tras ser descartado por el club?
-Me ha sorprendido la reacción positiva hacia mi persona de la gente de aquí. Por mi manera de ser no soy alguien que haya cosechado mucha confianza con tanta gente, pero me han llamado por teléfonos y escrito mails bastantes aficionados que no conozco, que vienen a los partidos y que me han dado ánimos. Eso es muy grato.

-Menudo embrollo le ponen encima a Chema Rodríguez, su sustituto, si el trabajo de usted y los resultados han de ser tomados ahora como referencia el año próximo…
-No hay que comparar. Cada maestro tiene su libro. El estilo de trabajo y de juego cambiarán bastante. Habrá otra dinámica. Al principio, seguro, las nuevas formas parecerán mejores a la que había porque la novedad siempre va bien, pero luego, con el tiempo, se verá el resultado real que suponen los cambios introducidos….

El director deportivo, Bep Llorens, repitió varias veces en la Cadena Ser quo su sustituto es alguien joven y con ilusión. ¿Qué de esas dos cosas no tiene Adrián Fiorenza?
-Yo no me siento viejo (risas) y la ilusión la tengo intacta. A mí de sus declaraciones me quedó otra palabra: «buscamos un entrenador nacional». Suena a tópico pero a veces no es tanto un tópico. Con todo, cada entidad está en su derecho de buscar el perfil que considere más oportuno para dirigir en su club

-Y si le digo que, tal vez, a alguna jugadora no le gustaban demasiado los métodos de Fiorenza…
-Desconozco eso. Pero sí fuera así y eso influye para que no siga es mejor para todos que me vaya. Nunca estaría en un club donde la opinión particular de una o dos jugadoras pudiera tener más peso que la idea de un director técnico o del propio entrenador. Las jugadoras tienen que limitarse a entrenar, jugar, rendir, ganar, festejar y llevarse la mayor parte de la gloria. Al final ellas son lo más importante en este juego. No hay grandes ni clubes, ni grandes entrenadores sin grandes jugadores.

-¿Por qué ha sido Fiorenza un técnico de los que llaman exigentes y duros?
-No soy un sargento. Intento en mis equipos generar una propuesta de responsabilidad. La jugadora tiene que demostrar al técnico, al compañero y al propio club que quiere crecer. Por ejemplo, este año hubo en el Valeriano Allès muchas sesiones optativas donde la jugadora, si quiere, tiene tiempo para hablar conmigo y decirme si piensa que necesita más de ésto, o menos de aquello Eso genera responsabilidad. Hay gente que asume bien un sistema así y otros a los que no le gusta. Para mí, una propuesta de esta naturaleza sirve para identificar rápidamente a la gente que se compromete respecto a la que no.

-Al final, si el año que viene el equipo gana los primeros siete partidos ya nadie se acordará entonces de Fiorenza..
-Y si no los gana también. Perderlos todos, seguro, no los va a perder. Es imposible e, independientemente del técnico, el equipo volverá a estar arriba. La grada no me va a reclamar pase lo que pase. El espectador sabe jugar su papel. A media que una afición crece no sólo lo hace en cantidad sino en calidad. Madura y se da cuenta del rol que juega. Me voy con el placer de escuchar una afición que, cuando el equipo está mal, más se hace sentir y apoya mejor que nunca. Eso, probablemente, no cambiará.

-¿Qué ha aprendido como entrenador en estos dos años?
-A conocer más la liga. A profundizar más en un estilo de juego que yo pretendo en los equipos. Venía con una idea concreta de la defensa y este año consolidé más una sistema diferente de como me gusta que juegue mi equipo. A nivel social, siempre estás aprendiendo. Comportamientos, expresividad, manejo de los momentos.

-Y, ¿qué cree que ha enseñado usted al resto?
-Espero que algo. La labor del entrenador no se limita a hacer rendir el equipo sino al grupo que te envuelve. Y la gente de mi alrededor lo ha hecho. El segundo entrenador y sobre todo el tercer entrenador notablemente en su faceta de estadística y manejo de las nuevas teconolgías.

-Hábleme de su futuro…
-Si yo fuera una persona normal ya hubiera aceptado, ahora mismo, un trabajo de ámbito federativo que recién me han propuesto. Con un contrato muy bueno, una estabilidad increíble y con unas responsabilidades que difícilmente le dieran a otro. Es algo que me seduce mucho, pero a la vez, temo echar de menos en los fines de semana el preparar el partido para ir a jugar en Superliga. Estoy en la duda.

-La opción de seguir al máximo nivel en la Superliga es ahora mismo La Playa de Las Canteras, el ex equipo de Chema Rodríguez. Vaya morbo…
-Cierto. Hay un interés de este equipo canario. Estamos hablando de un proyecto muy diferente al del Valeriano y mucho más modesto. El lunes (por mañana) voy a concer el club y el proyecto. Es un objetivo mucho más humilde del que tendrá Menorca.

-Pero igual el año que vuelve y hasta se lleva la victoria del polideportivo de Ciutadella…
-Ya veremos. Pero La Playa de las Canteras no va a ser un rival de la liga del Valeriano Allès Es un club modesto, de gente joven, con una gran cantera. Este año ganaron su séptimo campeonato de España juvenil. La filosofía es apostar por gente joven y que debute en Superliga. Los italianos ya lo dicen, con los jovenes se compite y con los viejos se gana.

-¿Ve al Valeriano campeón?
-Es ya lo único que que le falta. Está a medio paso. Copa, Supercopa y Liga están a un palmo.

-Si se consigue algún título los que hoy critican al director deportivo Bep Llorens y al resto de la Junta por no contar con Fiorenza tras dos años magnificos, serán aplaudidos…
-Seguro. Siempre sucede así en todos los deportes. Aunque cuando uno gana hay que tener cuidado con el éxito porque a veces este te puede hace olvidar la realidad. Algo así ya se lo dijeron una vez a Mourinho: «lo malo del éxito es que a los imbéciles les hace volver más imbéciles».

Menorca.info.com
informa deportebalear.com

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