“EL CASO MALLORCA TENIS CLUB” POR JUAN VERGER

21 abril 2011 | Por Redacción | Categoria: Tenis
MALLORCA TENIS CLUB

Breve reseña para no iniciados: el Mallorca Lawn Tennis Club, entidad pionera del deporte en las islas y con una densa historia, se fundó en 1924 con sede en el denominado «Parque de la Montaña» en Son Armadams. Ante las necesidades de una nueva ubicación, en 1960 el ayuntamiento de Palma cedió los actuales terrenos a la entidad Mallorca Tenis Club por un plazo de cuarenta y nueve años, que se cumplieron el pasado 2009. En ese lugar, don Pedro Alomar Valent y un puñado de entusiastas inauguraron en 1962 las instalaciones actuales, proyectadas y construidas por el prestigioso arquitecto catalán Francesc Mitjans Miró autor, entre otras obras, del Camp Nou y el Banco Atlántico de Barcelona. En estos últimos años y ante la inminencia de su devolución a la administración municipal, los dirigentes del club han optado por un mantenimiento de mínimos del conjunto, abocándolo a un estado de deterioro tal que demanda una urgente rehabilitación.

La situación actual. El ayuntamiento de Palma, dada su presunta incapacidad económica para abordar la recuperación de las instalaciones, estudia la posibilidad de ceder al mejor postor su explotación y analiza mientras tanto diversas propuestas a la espera de redactar el correspondiente pliego de condiciones. Entre ellas cabe destacar el interés de los actuales socios y dirigentes en mantener una parte de las instalaciones existentes olvidándose del resto y construyendo un nuevo local social; o las demandas de un sector de las asociaciones de vecinos del barrio solicitando la cubrición de la actual piscina. Ambas propuestas me parecen descabelladas pues suponen desvirtuar gravemente el proyecto original de Mitjans, proyecto cuya protección considero una prioridad incuestionable.

Otro punto de vista. En la historia reciente de las inversiones públicas en esta comunidad hemos asistido asombrados a un rosario de despropósitos de los cuales mencionaré únicamente la contratación millonaria de Michael Douglas como embajador de las islas, la financiación de un equipo ciclista, la construcción megalómana de un velódromo que triplicó su presupuesto inicial, la creación de una linea de metro deficitaria y con graves problemas constructivos, o la realización por triplicado del Parc de les Estacions para un resultado final lastimoso. Quizás haya llegado el momento de invertir los términos y dedicar más dinero público a la recuperación de nuestro patrimonio en lugar de ponerlo al servicio de caprichos carísimos más o menos ingeniosos. Y el Mallorca Tenis Club, su edificación y su entorno verde, forma parte de ese patrimonio que estamos a punto de dejar morir, que se materializa como por arte de magia, como un pequeño milagro que la Administración debe proteger, entre otras cosas, por su deuda con los ciudadanos y por su responsabilidad con el devenir de la ciudad.

Su viabilidad. Utilizando el proyecto de Mitjans como hilo conductor, ¿podría la Administración asumir la recuperación de esas instalaciones y proceder a su explotación? Si la respuesta es negativa cabe pensar que, al menos, se debería preservar su identidad aplicándole algún tipo de protección que obligara a los futuros explotadores a recuperar y mantener el estado original del conjunto.
Pero, ¿y si la respuesta fuera positiva? Las instalaciones del Mallorca Tenis Club cuentan con seis pistas de tierra batida todas iluminadas, una de ellas, la central, con capacidad para 1.000 espectadores, una pista cubierta de squash, un frontón, una vivienda unifamiliar aislada, una piscina de 25×10 metros con vestuarios propios y un edificio social de aproximadamente 1.500 m2 desarrollado en planta sótano, planta baja y planta piso que acoge una vivienda completa, salón social, cocina, comedor, bar, secretaría, sala de juegos, biblioteca, aseos, vestuarios masculino y femenino, solarium, gimnasio, sauna, almacén, así como una zona verde de considerable valor. Ante esta realidad se me ocurren algunas ideas que podrían ayudar a rentabilizar la inversión, a saber:
-Trasladar la escuela de tenis dependiente de la Federación Balear y actualmente en el polideportivo Príncipes de España a las nuevas instalaciones del Mallorca Tenis Club convirtiéndolas en una escuela de alto rendimiento, instalaciones que podrían asimismo ser alquiladas puntualmente a otras federaciones nacionales e internacionales.
-Trasladar al lugar las oficinas de la Federación Balear de Tenis.
-Abrir las instalaciones a la ciudadanía bajo supervisión y explotación municipal en condiciones similares a otras existentes en la ciudad.
-Crear las condiciones necesarias para lograr la cooperación entre empresas privadas (por ejemplo los hoteleros del Passeig Marítim) e instituciones públicas con el objetivo de lograr a medio plazo un torneo de gran nivel de la Women´s Tennis Association (WTA) para no entrar en conflicto con los torneos masculinos de Madrid y Barcelona; teniendo en cuenta que dos de los mejores tenistas del mundo de los últimos años son mallorquines parece razonable pensar que un evento deportivo de estas características merecería un lugar de honor en los medios y, consecuentemente, un importante efecto publicitario para la ciudad y la comunidad. Las cuestiones operativas son solucionables; falta únicamente la voluntad… y la capacidad.
JUAN VERGER GINARD – ARQUITECTO Y EX PRESIDENTE DEL MALLORCA TENIS CLUB

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