Deporte Balear

Rafael Nadal tuvo uno de esos días en los que se sienta ante los periodistas con el ceño fruncido. La primera pregunta, siempre incómoda en pleno torneo, se interesó por esa leve cojera en su pierna izquierda que no pudo disimular tras su triunfo ante Mikhail Youzhny en los octavos de final del Masters 1.000 de Madrid. «Molestias tengo habitualmente. Unos días más, otras menos. Según qué movimientos lo siento más o menos», restó importancia el balear, cuyas rodillas se han convertido últimamente en un tema de mayor actualidad que su tenis. «Intento evitarlo y decirlo lo menos posible porque los resultados están siendo tan buenos. Ante los rivales no es el momento de analizar cómo estoy. Después, si las molestias van a más, habrá que tomar una decisión para curar definitivamente la rodilla».

Y para curarla definitivamente, ¿será necesaria una intervención quirúrgica? Nadal no dijo ni sí ni no. Le pusieron como ejemplo a su amigo Pau Gasol, lastrado también por una tendinitis en ambas rodillas. Él jugador de los Lakers sí ha decidido pasar por el quirófano. «Pau lleva muchos años al más alto nivel. No nos vamos a engañar. A este nivel es normal que aparezcan lesiones. A mí me ha tocado dos veces. En 2005 y ahora estos siete meses. Pau tiene la ventaja de que en estos meses no tiene competiciones. Tiene muchos meses de descanso y así es más fácil tomar decisiones. En nuestro deporte apenas hay espacio para la recuperación», valoró el tenista balear.

Nadal se calienta, es conocido, con el tema del tiempo que la ATP concede entre el final de un punto y el comienzo del siguiente, 25 segundos -en los torneos de Grand Slam se reduce a 20-. En ese lapso, tras un intercambio muy extenso, sobre todo en tierra batida, apenas se recupera el aliento. Algunos tenistas llevan tiempo denunciando que Nadal, entre otros, casi siempre sobrepasa el límite estipulado. Ante Youzhny recibió una nueva advertencia ‘(warning’). También le preguntaron por eso, y esta vez se salió del guión habitual en su respuesta. «Al espectador le gusta ver puntos largos y esta regla no favorece eso», arrancó. «A mí me sancionan por lento, y a los árbitros, por no ver una bola que pasa a su lado a dos por hora y se va por dos palmos, no les pasa nada».

Después reculó. «No lo pongáis. No lo digo en el mal sentido». Pero dicho queda.

FUENTE EL MUNDO EL DIA DE BALEARES

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