El Zenit amenaza a Europa

30 agosto 2008 | Por Redacción | Categoria: Fútbol

VENCIÓ 2-1 AL MANCHESTER EN LA FINAL DE LA SUPERCOPA DE EUROPA

Fuente: Marca.com

 La pasividad inglesa la aprovecharon los rusos para conquistar el título
Sólo Tévez y Vidic se entregaron para intentar doblegar a los rusos
Scholes acabó expulsado por doble amarilla tras una mano escandalosa al final
Progrebnyak y Danny para el Zenit y Vidic, para el United, fueron los goleadores

 IGNACIO CALVO
MADRID.- El gol de Danny es el mejor reflejo de lo que sucedió sobre el césped: un Manchester apático y desganado, con depresión postvacacional, se dejó ningunear ante un Zenit consciente de sus posibilidades, desbordante de fe y capacitado para conseguir su segundo título europeo. [Narración | Álbum]

Cristiano Ronaldo, que aún no está recuperado de su operación de tobillo, vio el partido desde la grada. Arshavin, lo comenzó desde el banquillo. Las dos estrellas de sus respectivos equipos fueron meros espectadores. El ruso fue un poco más que eso, saltó al césped y formó parte de la comparsa eslava, pero sólo recordó a aquel átomo de la Eurocopa en su primera jugada, enseguida se diluyó.

Danny, con su diana, resumió el partido. El portugués bajó con el pecho un balón en el centro del campo, se giró y, sin oposición siguió avanzando. La pasividad roja le favoreció y continúo su carrera, acompañado únicamente por el balón. Una vez en el área salió Ferdinand, pero con poca fe. Le recortó y batió a Van der Sar con un disparo cruzado. Eso fue el United, un sucedáneo del flamante campeón de Europa y de la Premier. La dejadez de los ingleses les costó un título europeo que, según lo acaecido sobre el césped, les daba pereza ganar.

Sólo Tévez mostró garra y suficiente orgullo como para convertir a su equipo en ‘Supercampeón’, pero ante once aguerridos guerreros rusos, se encontró con una batalla perdida. Vidic intentó unirse a la causa, pero su posición de defensa central sesgaba sus opciones de aportar mordiente en el ataque. Aun así, el serbio fue el que llevó el único halo de esperanza para los ingleses al conseguir el 2-1 (precisamente a pase de Tévez).

El Zenit fue la antítesis. Una lección de fútbol y poderío que sólo flaqueó en los compases finales, cuando se pagó el esfuerzo físico. Progrebnyak recogió al filo del descanso la recompensa al esfuerzo y Danny, a la hora de partido, se apuntó el gol de la tranquilidad. En los minutos finales el Zenit ahorró fuerzas para defender y salir a la contra, donde Danny estuvo a punto de sentenciar.

Cuando faltaba un minuto para el descanso, el Manchester empató. Pero fue de manera ilegal. En un intento desesperado, Paul Scholes sacó su mano de paseo y consiguió un golazo, aunque no consiguió engañar al árbitro (ni a nadie). La infracción fue escandalosa y se saldó con la segunda amarilla para él. El sueño ruso no tardó en hacerse realidad.

 

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