Deporte Balear

Si el voleibol es un deporte difícil de jugar por las necesidades de grandes habilidades técnicas, aunque lo hace más difícil el hecho de tener una gran carga emocional y psicológica. Y si esto lo extrapolam a un equipo joven, la dificultad aumenta. Debemos recordar que al equipo cadete del CVS tienen un peso importante las jugadoras de edad infantil (12-13 años) y que este año es tan sólo su tercera temporada jugando al voley. Con este tiempo se ha conseguido que estas niñas hayan alcanzado un nivel técnico bastante significativo, pero no tienen todavía la madurez que pueda tener un equipo cadete compuesto por jugadores en su segundo año en la categoría. Y como afecta esto en el juego? En resumidas cuentas en dos importantes cosas que han quedado bastante demostradas en tan sólo dos partidos de liga. Cuando los partidos se encarrila bien desde el principio y se va ganando, el equipo juega alegre y sin presión (Algaida). Todo rula magníficamente. Por el contrario cuando las cosas se tuercen, aparecen los nervios, que por ellos mismos provocan errores técnicos y que meten presión a las jugadoras y dejan de pensar y de jugar. En un equipo maduro este círculo vicioso negativo consigue superar con una mentalidad ganadora y con la confianza de cada uno de los jugadores en ellos / as mismos / as. Pero un equipo joven como el nuestro no goza todavía de esta mentalidad ni confianza, lo que hace que las jugadoras se hundan ellas mismas y dejen de disfrutar con el juego, pasando a sufrir e incluso llegan a llorar de ansiedad. En este caso es cuando debe aparecer la figura del entrenador-psicólogo e intentar reconducir la situación, pero no siempre se consigue sobre todo cuando se tiene un grupo con una mentalidad tan fuerte como la del nuestro. En este último caso pocas cosas se pueden hacer más que seguir en el intento de animar y esperar que el juego dé un giro de 180 º aprovechando el encadenamiento de una secuencia de puntos a favor.

Este es el resumen del «partido» que se jugó el sábado en Bunyola. A pesar de ganar el segundo set con mucha solvencia (13-25) e igualar el encuentro, en el tercer set se volvió al juego del primero. Numerosos errores en el servicio (hasta 10 en el primer set!), Errores en las pelotas fáciles y más errores en los ataques, hacían que todos los puntos los consiguiera nuestro conjunto, tanto los nuestros como los suyos, y que así los ánimos tocasen fondo. Caras largas, discusiones, hazañas hacéis, falta de compañerismo y muchas críticas entre ellas. Demasiado fuegos encendidos que el entrenador-psicólogo (en estos momentos ya reconvertido en bombero) solo no podía apagar.

Un partido que seguro que servirá para hacer crecer a este conjunto de cara a los próximos partidos y sobre todo el año que viene. Siempre se ha oído decir que se aprende más de los errores que los aciertos, Pero yo digo que los errores sólo deben servir para identificar los problemas y arreglarlos y los aciertos para aprender cómo se hacen las cosas bien para poder repetir. Con esta fórmula se fabrica un equipo con mentalidad de campeón, y estoy seguro que el cuerpo técnico del CVS lo está haciendo.

Ánimo muñecas ya seguir trabajando que estáis en el buen camino.