Deporte Balear

Recojo el artículo publicado en el portal de internet almagronoticias en el que se recogen los hechos acaecidos durante el transcurso de un partido de balonmano juvenil masculino correspondiente a la Segunda División Territorial, en el que el entrenador del Balonmano Bolaños salvó la vida al jugador del Almadén Dario Cabrera.

El día no iba demasiado bien. El largo viaje del Bolaños juvenil a Almadén el pasado seis de noviembre, para disputar su encuentro correspondiente a la Segunda División Territorial a las seis de la tarde se había estropeado ya en el calentamiento, cuando uno de los porteros del equipo bolañego caía lesionado de gravedad hasta el punto de que, posiblemente, se pierda toda la temporada con una rotura de ligamentos cruzados en una rodilla. Además, sólo habían podido inscribir a nueve jugadores en el acto y no los diez a los que obliga la Federación, así que la sanción, simbólica, al equipo bolañego era una realidad.

Una vez comenzado el partido, el entrenador visitante, Manuel Fernández, veía desde el banquillo cómo sus chicos eran incapaces de contener al Almadén, que iba camino de apuntarse el triunfo.

Pero todo lo anterior no es más que una anécdota para lo que estaba a punto de ocurrir. Corría el minuto 55. El Almadén ganaba de tres tantos (33-36) y tenía el balón. Darío Cabrera intentó lanzar y la defensa bolañega le blocó, probablemente en falta, que los colegiados no pitaron. El Bolaños lanzó el contraataque, pero Cabrera se quedó en el suelo.

“En seguida me di cuenta de que algo raro pasaba”, cuenta Manuel Fernández, “a veces un jugador se queda tirado, pero en este caso no se movía”. El míster bolañego no se lo pensó dos veces. Saltó a la cancha y cuando llegó junto al jugador se dio cuenta de que se había tragado la lengua y no podía respirar. En el pabellón no había asistencia médica, como es normal en estas categorías, pero la rápida respuesta de Manuel le salvó la vida al jugador del Almadén. “Me acordé de que en el botiquín tenía un tubo Guedel (un tubo que se utiliza, precisamente, para que el afectado no se trague la lengua), lo usé y eso evitó males mayores”. En menos de tres minutos, tiempo límite en estos casos, el jugador volvía a respirar.

“Llamamos a la ambulancia”, explica Fernández, “que tardó poco, pero lo cierto es que a todos se nos hizo eterno”. La ambulancia trasladó al jugador al hospital de Puertollano, donde pasó la noche en observación. Afortunadamente, todo parece haberse quedado en un susto y el jugador está ya dispuesto a saltar de nuevo a la pista.

“Por supuesto, no todo el mérito es mío. Además estaba Julián Cuesta, que ayudó mucho y mantuvo la calma”, cuenta Fernández. Y es que la escena fue dramática y afectó tanto a los jugadores de ambos equipos como a la entrenadora del Almadén, a los árbitros y al público.

Manuel Fernández es monitor de balonmano. Y eso, probablemente, le salvó la vida al jugador del Almadén. “Cuando te levantas temprano los domingos para los cursillos y te dan nociones de primeros auxilios, no es que sea atractivo, pero, sin duda, con casos como este, se demuestra lo importante que son”, confiesa Manuel Fernández, entrenador del Bolaños juvenil, un héroe poco conocido.

NOTA: Desde aquí me gustaría hacer constancia de la importancia de hacer los cursos de primeros auxilios o la necesidad de un botiquín en «condiciones» en cada pista de juego.

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