El Apunte: Son Moix, ¿la causa de todos los males?

13 septiembre 2012 | Por Redacción | Categoria: 1ª División, Fútbol
Stijar Ple

Este lunes se emitió en IB3 un exhaustivo documental sobre el Lluís Sitjar. Fue una noche en que los mallorquinistas pudimos recordar – o imaginar, los más jóvenes – todos los mágicos momentos vividos en nuestro añorado templo bermellón. Este hecho, a algunos, nos hizo confrontar el antiguo recinto con el actual, y si las comparaciones son odiosas, esta se lleva la palma.

El Lluís Sitjar era un campo acogedor y familiar, donde se respiraba pasión por el fútbol. Son Moix en cambio, es frío, silencioso e inhóspito. ¿Pero es el cambio de feudo el único motivo del descenso de la pasión mallorquinista?

 

No son pocas las veces en que he oído que el Lluís Sitjar siempre estaba lleno, aunque no me consta que fuera así. Es verdad que ha habido llenazos históricos, incluso con gente utilizando la torre eléctrica como una localidad más. Pero generalmente no era así. Ahora bien, la impresión que daba, al ser un recinto tan concentrado, era muy diferente a la que puede dar Son Moix con el mismo número de asistentes.

Si bien es verdad que la pasión por el Mallorca parece haberse diluido con el paso de los años.  ¿A qué puede deberse eso?, ¿se trata de temas económicos, sociales…?, ¿o quizás es todo culpa de las televisiones y los horarios? Es verdad que vivimos en una época de crisis económica. También es verdad que antes las ofertas de ocio no eran tan extensas, y por eso ir al fútbol era una primera opción para muchos. Los horarios son abominables, y ver el fútbol por la tele es más barato y más cómodo. Ahora bien, esto no pasa en toda España, ya que somos una de las peores aficiones del país. La sociedad mallorquina quizás no sea demasiado futbolera, ni demasiado pasional, pero eso no es en absoluto un punto negativo, ya que cada colectivo tiene su manera particular de ser.

La primera etapa de Cúper fue algo impresionante, lo que hizo que mucha gente se enganchara. Pero más tarde, el hecho de estar luchando por no descender, todos los líos institucionales, y ser un club tan vendedor, ha producido que mucha gente piense que ser mallorquinista no vale la pena. Está claro que es más fácil ser del Madrid o del Barça, pero ellos nunca podrán disfrutar de la alegría de un ascenso, o de salvar la categoría agónicamente en la última jornada liguera. Quizás no valoremos lo que tenemos, permanecer en Primera División durante tantos años tiene un mérito tremendo. Puede que no despertemos hasta ver al Mallorca en Segunda. Tal vez luego con un nuevo ascenso se reactivara la afición, o tal vez sea entonces demasiado tarde. No olvidemos que si el club pierde la categoría se antojaría muy difícil la supervivencia económica.

¿Qué hacer entonces para recuperar a la afición mallorquinista? Es un tema realmente complejo, y seguramente no haya una solución única. Cosas que pueden ayudar: bajar el precio de los abonos; realizar fichajes ilusionantes, como Gio; promover el mallorquinismo por todos los pueblos de la isla; acabar con cierto bipartidismo radical en algunos periodistas, algunos de ellos parece que sólo sepan hablar mal del club; intentar conservar a los buenos jugadores para que la gente se identifique con ellos; etc.

¿Entonces que hay del estadio? Físicamente el problema es claro, las pistas de atletismo alejan en demasía al público del rectángulo de juego. ¿Alguna solución? Además de hacer un campo completamente nuevo, se podría remodelar el actual. ¿Cómo? La idea sería colocar gradas supletorias para acercar la gente al verde. Aunque entonces quedaría el estadio más vació aún. Se tendría que intentar ubicar a los espectadores en las zonas más bajas, y entonces cubrir el aforo superior con lonas publicitarias. Sería un solución rápida y económica, aunque temporal. Además, se podría aumentar el aforo retirando las lonas en los partidos importantes.

Realmente volver al Lluís Sitjar es imposible. Hacer un nuevo campo no significa recuperar el antiguo, ya que sería un edificio totalmente diferente. Solo conservaría la ubicación y el nombre, o puede que ni eso. Aunque también es verdad que un campo más céntrico ayudaría a realzar el sentimiento futbolero y mallorquinista de la ciudad.

Todos soñamos con tener un campo de fútbol que ayude al aficionado a sentirse más a gusto, y con un mayor contacto con el rectángulo de juego. Pero empecemos a apoyar al Mallorca ahora, juegue donde juegue. Ese es el deber de un verdadero mallorquinista. Puede haber muchas razones entendibles y justificadas para no abonarse, como las económicas, o trabajar en fin de semana, o vivir fuera de la isla, etc. Pero no hacerse socio porque no gusta el estadio, para mí, es sólo una excusa más. Y ése, es otro problema.

rcdm.es

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