Deporte Balear

El Barça debía afrontar este verano una profunda renovación de la plantilla. La junta directiva, con el presidente, Josep Maria Bartomeu, y el vicepresidente económico, Javier Faus, a la cabeza tenían asumido que deberían realizar una inversión superior a los 100 millones de euros para llevar a cabo los cinco fichajes necesarios. En principio, en la hoja de ruta del director deportivo, Andoni Zubizarreta, aparecían un portero titular (Ter Stegen), un portero suplente (en el caso de renovar a Pinto), un central titular (en sustitución de Puyol, que abandona el club a final de temporada), un central suplente (si Mascherano aceptaba la oferta del Nápoles) y un centrocampista ofensivo (Marco Reus).

También se había hablado con el entrenador, Tata Martino, la opción de un delantero goleador (el técnico argentino quería al Kun Agüero), aunque esta opción dependería de los traspasos a realizar (entre ellos, los de Alexis y Pedro).

Zubizarreta ya llevaba adelantadas algunas gestiones. Por ejemplo, Ter Stegen ya estaba ‘fichado « aunque no aparece inscrito en el TMS (Transfer Matching System), que es el sistema operativo, controlado por la FIFA, que certifica y oficializa todas las operaciones de compra y venta de jugadores. El Barça había llegado a un acuerdo con el Borussia Monchengladbach (12 millones de euros) y con el futbolista, pero ahora esta operación queda en el aire por la sanción de la FIFA al Barça.

No tan avanzada estaba la incorporación de Marco Reus, el centrocampista ofensivo/delantero del Borussia Dortmund. El Barça había hablado con el internacional alemán para convertirle en el ‘fichaje estrella’ de este verano. El futbolista estaba entusiasmado en incorporarse al Barça, al que consideraba ideal para su estilo de juego. Incluso el club blaugrana había asumido que sería una operación cara (entre 30 y 40 millones de euros). Pero ahora todo se ha paralizado indefinidamente…

En cuanto a los centrales, el Barça había decidido definitivamente fichar un central de máximo nivel (tipo Thiago Silva) en el que había que hacer una inversión económica de alrededor de 30/35 millones de euros y otro central más joven pero con gran proyección (tipo Mangala) por el que podría pagarse un máximo de 20 millones.

La renovación de la plantilla era obligada para intentar mantener el ciclo triunfal blaugrana. Después de dos años de retraso (Guardiola se fue antes de llevar a cabo los cambios y, desafortunadamente, Tito Vilanova no pudo efectuarlos por culpa de su enfermedad), el club tenía claro que debía incorporar a, como mínimo, tres titulares que dieran más competitividad al equipo, que ya empieza a notar el desgaste de los años y de la ‘acumulación’ de títulos. Todo este proyecto puede desmoronarse ahora si la FIFA no adopta medidas cautelares que permitan al Barça fichar durante este verano. De hecho, las únicas incorporaciones que podrían hacerse sería el regreso de Rafinha y Deulofeu, cedidos al Celta y al Everton, respectivamente. Incluso está en el aire el único fichaje confirmado por el club azulgrana, el del joven croata Alen Halilovic, que se incorporaría al filial.

Diario Sport