Deporte Balear

El pobler convoca un Consejo para esta mañana con el apoyo de Claassen en el que se elegirá una empresa que examine el estado de la tesorería – Quiere cerciorarse de que no es necesaria una ampliación de capital, tal como sostiene el presidente.

El temor por el estado económico del Real Mallorca vivirá hoy un nuevo capítulo. El Consejo de Administración se reunirá por la mañana para elegir una empresa auditora que en los próximos días audite el estado de la tesorería bermellona. La reunión se ha convocado por petición de Llorenç Serra Ferrer, y ha sido respaldada por Utz Claassen, Pedro Terrasa y Miguel Blum.

Sobre la mesa estarán los nombres de varias empresas auditoras y el presupuesto que ha confeccionado cada una para examinar las cuentas. El coste rondará los 40.000 o 50.000 euros.

El máximo accionista quiere certificar si, tal como aseguró Biel Cerdà el pasado jueves, no es necesaria una ampliación de capital para garantizar la viabilidad a medio plazo del Real Mallorca. Lo cierto es que no se fía del presidente y quiere asegurarse encargando un estudio riguroso de los números.

En las últimas semanas, y pese a haber anunciado que se apartaría de la gestión del club renunciando a su silla en el Consejo, Serra Ferrer se ha mostrado más preocupado que nunca por la economía mallorquinista.

La semana pasada ya forzó la convocatoria de un Consejo planteando la posibilidad de que fuera necesaria una ampliación de capital para que el club pudiera hacer frente a sus compromisos de pago. Sin embargo, el máximo accionista no se presentó. Y sus consejeros aliados Tolo Martorell y Carme Suau no plantearon en ningún momento la opción de la ampliación.

Ahora el pobler vuelve a la carga y cuenta con un respaldo mayoritario para llevar a cabo la auditoría.

Hay que recordar que el pasado mes de marzo Serra Ferrer se abstuvo cuando Claassen solicitó una auditoría en un Consejo de Administración. El alemán sospechaba de la gestión económica que habían llevado a cabo tanto Cerdà como su director general de confianza, José María Duran. El pobler no tuvo inconveniente en la iniciativa, pero después de que los auditores se pusieran manos a la obra se alió con Cerdà para pararla argumentando que la empresa que la llevaba a cabo, Price Water Cooper, era la misma que asesoraba legalmente a Claassen en diversas demandas contra el pobler.

El alemán aseguró que no había conflicto de intereses porque la empresa seguía una política de separación muy estricta entre sus departamentos legales y económicos, pero la realidad es que los auditores no pudieron acabar su trabajo.

Ahora se trata de reparar aquel error y arrojar luz de una vez por todas sobre el estado de la tesorería bermellona.

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Informa: Deporte Balear  fuente:   diariodemallorca.es

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