El 3 d’abril, una data clau per a Mallorca i (el) Balears

2 julio 2019 | Por Redacción | Categoria: 3ª División, Fútbol
Centenari Baleares 1920-2020

Centenari Baleares 1920-2020

La fecha que encabeza el artículo es muy remarcable para la historia de nuestro país, pero en Mallorca lo es especialmente para doble motivo. El 3 de abril de 1919, hace exactamente cien años, el entonces presidente del Gobierno, el Conde de Romanones, firmó el llamado Decreto de la jornada de ocho horas que entró en vigor en España el primero de octubre del mismo año. A partir de entonces la jornada laboral fue oficialmente de 8 horas diarias y 48 semanales, un hito que convirtió al Estado en el segundo país de Europa en conseguirlo, después de la URSS en 1917. Ese mismo mes lo aprobó Francia, y desde entonces se extendió a otros países. Fue crucial en su consecución la paralización del país a partir de la huelga de La Canadiense en Barcelona durante un mes y medio, la que llegó a contar con más de cien mil huelguistas y paralizó la economía del país hasta la consecución del Decreto mencionado.

En Mallorca, como en el resto del Estado, los efectos del Decreto tuvieron efecto a nivel social pero también, y de manera muy particular, en la vertiente deportiva. Exactamente un año después, el 3 de abril de 1920, Última Hora publicó un artículo sobre la fundación de nuevos clubes de fútbol en Palma, un deporte que entonces sólo practicaban las clases sociales medias y altas. En el texto, publicado en la primera página, destacaba el párrafo siguiente: «En los talleres de la Isleña tengo noticias que se Hacen preparativos para formar un ‘team’. En la fundición de los señores Carbonell se organiza otro ‘once’, que prometió ser un terrible rival por la corpulencia de la gente obrera que se alista. »

El fragmento citado, en apariencia corriente, traslucía un hecho inaudito: era la primera vez que se creaban en Mallorca equipos de fútbol de raíz obrera. Ambos surgieron simultáneamente, un formato para trabajadores de la compañía naviera Isleña Marítima (actual Trasmediterránea), que adoptó el nombre de Mecánico; y el otro para trabajadores de la Fundición Carbonell (Can Salino), empresa metalúrgica palmesana, que adoptó de inicio su nombre y posteriormente rebatió como Mallorca. Las crónicas los destacaban como conjuntos voluntariosos y robustos físicamente, aunque su técnica de juego estaba por perfilar.

Ambos tuvieron una vida breve, pero por un buen motivo: hubo sintonía entre ambos equipos y sus seguidores, por su origen social común, acordaron unirse. En asamblea conjunta celebrada el 14 de noviembre de 1920 aprobaron la fusión de Mallorca (ex Fundición Carbonell) y Mecánico con el nombre de Baleares Foot-ball Club. A pesar de su fragilidad inicial a todos los niveles (económico, material, etc.) el nuevo club creció, perseveró y se convirtió en uno de los más potentes deportivamente y socialmente. Y lo más sorprendente es que, 99 años después, la entidad mencionada aún subsiste con el nombre de Club Deportivo Atlético Baleares.

El actual entidad balearica es heredera directa y legítima de aquellos pioneros, cuando todo estaba por hacer y todo estaba en su contra, y el año próximo podrá conmemorar orgullosamente el centenario de sus orígenes en plenitud de condiciones. A diferencia de muchos otros casos, en los que estos clubes humildes acababan desapareciendo, el Baleares FC ha conseguido pervivir durante casi un siglo sin interrupción: ha sobrevivido a dificultades, penurias, crisis y obstáculos de todo tipo. Un caso único, digno de estudio y desconocido para muchos, incluidos muchos de sus seguidores: la desaparición de los primeros protagonistas, la dejadez institucional y la falta de un relato histórico riguroso han condenado el origen real del club balearica al olvido oficial hasta el punto de remontar los orígenes en la fusión de 1942 por inercia y desconocimiento, a pesar de que el método científico, los hechos históricos y la evidencia digan inapelablemente lo contrario.

El nacimiento de Mecánico y Fundición Carbonell, tras Baleares FC y hoy Atlético Baleares, pasó entonces desapercibido; pero a largo plazo fue una auténtica revolución para el deporte local y un fenómeno de masas. Hasta entonces nunca se había creado ningún club de base obrera y humilde en Mallorca, la competición federada era inexistente y la práctica o seguimiento de cualquier deporte estaba limitado a las clases privilegiadas, quien lo practicaban como fiesta y diversión. Su fundación fue un gesto de afirmación y perseverancia, con el ánimo de cambiar un orden social desde la vertiente deportiva y con el ánimo de formar parte activa del deporte como fenómeno de masas.

El nacimiento del club balearica en 1920 capitalizó una demanda social emergente: el deporte era cosa de todos. Todos tenían derecho a disfrutar de sus beneficios, a incorporarlo a su tiempo de ocio como protagonista o espectador, competir en igualdad plena y medir fuerzas en el terreno de juego, sin que la procedencia social fuera obstáculo ni condicionante. Una revolución desde el terreno de juego y desde la grada, que comenzó hace 99 años y se ha mantenido viva hasta hoy. Sin duda el Decreto de la jornada de ocho horas, aprobado exactamente un año antes, tuvo que ver en favorecer el tiempo libre dedicado al descanso, formación y otras actividades de ocio del trabajador, entre las que se encontraba el deporte, incluido el fútbol. Su legado es todavía vigente en (el) Baleares, un siglo después.

Manuel García Gargallo és Doctor en Història i autor del llibre «Els origens de l’Atlètic Balears (1920-1942). Dels inicis a la fusió.» (2013)

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